24 junio 2010

todo vale


"Bendito sea Dios, porque inventó el silencio
y el chirrido de la chicharra,
y el lagarto de fastuoso traje verde,
y la brasa hipnotizadora
(horizontal crepúsculo pudo haberla llamado
don Pedro Calderón de la Barca en el declive del barroco).
Bendito sea Dios que invento el agua,
el agua sobre todo.

Bendito sea Dios porque inventó el amanecer
y el balido que lo poblaba.
Ahora vuelvo a escuchar aquella melodía.
El arroyo arpegiaba sobre canto rodados,
hacia el contrapunto.

Suena el concierto en mi memoria.
O puede que se trate
de una música diferente:
la que escucho, primero, entre los arrayanes de Granada
Federico García Lorca,
y luego aquí, rescatada,
en Columbia University.

Bendito sea Dios que inventó los prodigios
que contaba mi padre
perfumado de espliego y de tomillo
Era historias de ciudades mágicas
en las que el agua circulaba
por venas de metal, agua caliente y fría
(nos lo contaba al borde del regato,
helado en el invierno, seco en estío:
“venga a lavarse, coño, guarros”.
Y obedeciamos).

Bendito sea Dios porque inventó la cabra
-la cabra que rifaba por los pueblos-
mucho antes que Pablo Picasso,
con barriga de cesto de mimbre
y tetas como guantes de bronce.

Maldito sea Dios porque inventó el estaño
parpadeante del olivo
ramas y tronco de Laoconte
y aquella sombra trágica de catafalco y oro:
un rayo congelado en la mano siniestra
y en la diestra un crepúsculo.

Maldito sea Dios porque inventó a mi padre
colgado de una rama del olivo
poco después de recogerse la aceituna.

No puedo perdonárselo.

Pero eso fue más tarde.
Antes fueron los niños.

Bendito sea Dios que inventó aquellos niños,
vestidos como principes o pájaros.
Con voces de cristal, “Papá”, decían a su padre.

Bendito sea Dios por inventar una palabra
milagrosa, jamás oída,
y su padre correspondía
con vaharadas de ternura.

Maldito sea Dios, porque yo quise
arrezagarme en la ternura
pronunciando la mágica palabra
entonces descubierta “¿Papá? “Mariconadas,
si te la vuelvo a oir te llevas una hostia”.

Bendito sea Dios porque inventó los años,
1970, 1980,1990…,
inventó el fuego, el oro viejo
de los arces de otoño,
y estos ríos profundos como penas,
largos como el olvido o el recuerdo,
hospitalarios, generosos,
por los que la ciudad va navegando
hasta la mar, que es el morir.

Bendito sea Dios que inventó libro sabios.
Se daba nombre en ellos
a lo que antes no lo tenía.

Bendito sea Dios porque inventó licenciaturas
masters, campus con risas y con marihuana,
laboratorios y celebraciones
con cantos en latín, gaudeamus igitur,
todo situado en niveles distintos del tiempo.

Bendito sea Dios que inventó la memoria
y que inventó el silencio de este lugar aséptico,
y las venas metálicas ocultas
en las que el agua espera
unas manos liberadoras que les devuelvan su canción.

Ahora sé que mi padre está vengado.

Mi padre, descolgado del olivo
pronuncia con mis labios las palabras totémicas
y se estremece este recinto sagrado.

“Coño, joder, carajo, a lavarse la cara, hostías”.

y abro los grifos, lavabos, duchas, retretes,
se desbordan las aguas que él soñaba
en la choza de adobe y paja,
cantan la gloria de la recuperación,
y mi padre navega por las aguas,
le provoco, gritándole desconsolado.

“!Papá!” “Mariconadas”, me contesta.

“!Papá!” Mariconada… glu, glu,
ahogado, recuperado,
navegante por los canales de oro,
vivo ya para siempre".

El poema es de José Hierro.
El anuncio de una cerveza.

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21 junio 2010

la vida entera

"Cuando hace años la observaba así, con esa mirada, se abría ante él, se mostraba transparente para que pudiera verla hasta en lo más profundo de su ser. A nadie, excepto a él, le permitía que la mirara así [...]
Pero a él se le entregaba -qué horrible palabra esa, entregarse- se le entregaba siempre, toda ella, prácticamente desde el momento en que lo conoció [...]
Sabía comprenderla, era el único que podía llegar a conocerla de verdad y fertilizarla con la mirada, con su mera existencia, hasta el extremo de que sin él ella no existía, no tenía verdadera vida sin él, y por eso era toda suya [...]
Así es como era cuando tenía 16 años, y 19 y 22, pero en este momento aparta con un gesto firme su mirada de él como si temiera que de pronto le vaya a hacer daño, que la castigue por algo, que se vengue de ella. O Quizá porque teme que él vaya a descubrir que ahí ya no hay nada, que aquella Ora suya se ha secado..."


Palabras de David Grossman en "La vida entera"

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13 junio 2010

la piel del erizo


Todo lo que tu quieras. El ipad, el iphone y el suhsi. La calle Fuenqui, y "nos vemos en la terracita de Malasaña". Hartito me tienes, que lo sepas tú y tu gintonic de pepino. Que si las gafitas de sol italianas, y la nouvelle vague, y lo chulo que es el diseño escandinavo, que si he descubierto un grupo indie que va a ser lo más de lo más. Menos mal que cuando escuchas esto, la piel del erizo. Y todo lo que quieres es mirar si trae premio el colajet, subirte en un coche de choque y a volar. A ver cuando te enteras de que esto es lo único que te salva.

08 junio 2010

Relatividades


Me pregunto sobre el ritmo narrativo de la gran mayoría de la información y el entretenimiento que nos rodea. Sobre los efectos de tanta uniformidad en nuestra forma de procesar la realidad y construir los relatos íntimos y colectivos.

No parece improbable que nuestro tiempo emocional esté perdiendo elasticidad. Sin embargo, la relatividad existe. Acumulación y erosión, por ejemplo. Quizá convenga tratar de ampliar los tempos en nuestros modos de mirar y hacer las cosas. Buscar y encontrar el compás que late en cada proceso. Y, entonces, canalizar la armonía o darle alas a la distorsión.

02 junio 2010

des-entrañas


Que la superficie no oculte la profundidad.
Que lo tosquedad no nos ciegue ante la sofisticación.

Esperanza Aguirre, a micrófono abierto, contando que venía de decir "barbaridades" sobre lo que está ocurriendo en esta crisis económica internacional.

Y dos de Hannah Arendt para desentrañar el método del Partido Popular, la organización política de la mentira:

1-. "(Quien miente) ha preparado su relato para el consumo público con el cuidado de hacerlo verosímil mientras que la realidad tiene la desconcertante costumbre de enfrentarnos a lo inesperado, para lo que no estamos preparados". -Entre el pasado y el futuro-

2-. "Las mentiras modernas se ocupan de las cosas que de ninguna manera son secretas sino conocidas de casi todos.

Esto es algo obvio en el caso de volver a escrbir la história contemporánea ante los ojos de quienes son testigos de ella, pero también es verdad cuando se pretende crear una imagen, caso en que, una vez más, todo hecho conocido y probado se puede negar o desdeñar si daña la imagen
[...] Gracias a las técnicas modernas y a los medios masivos, ese sustituto (esa imagen) es mucho más público que su original" -Tiempos presentes-

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