27 junio 2012

¿Qué se supone que hubiera tenido que hacer España?



Va un artículo sobre economía. Traducido. Escrito por Martin Wolf, para el Financial Times de ayer.

"En enero de 2004, asistí a una conferencia sobre propiedad en Suiza para dar una charla sobre la economía europea. Hablé de la productividad europea alcanzando los niveles de productividad norteamericana. Pero lo más interesante de la conferencia fue un taller en el que argumenté que una serie de los países europeos, el Reino Unido entre otros, tenían burbujas inmobiliarias peligrosas. Lo más peligroso de todos, sugerí, era España, porque era uno de los mayores países europeos que estaba viviendo un inmenso aumento de precios inmobiliarios y, como resultado, un masivo boom en el desarrollo inmobiliario y un sector de la construcción correspondientemente sobrecalentada. Los resultados podrían ser extremadamente dolorosos. Este comentario llevó a una altercación con un promotor español. Entendí porque estaba enfadado. Pero se equivocaba, por supuesto. El sector inmobiliario español creó un gigantesco boom y un colosal crash. La gran pregunta es qué hubieran tenido que (o hubieran podido) hacer las autoridades españolas al respecto. Una respuesta es que hubieran tenido que reforzar la política fiscal puesto que no podían hacer nada con respecto a la política monetaria de la eurozona que era totalmente inadecuada para su economía, antes de la crisis (demasiado relajada en aquel entonces, demasiado dura ahora). Aun así, el rendimiento fiscal de España tenía buena pinta, como lo indicaba la base de datos del FMI.  

Antes de la crisis, España tenía un superávit fiscal primario razonable (antes del pago de los intereses) y un superávit presupuestario en 2005, 2006 y 2007. Y luego la posición fiscal se vino abajo como una consecuencia directa de la crisis financiera y el colapso del boom inmobiliario. Pensaba que la posición fiscal iba a empeorar pero no por más de un 13% del PIB en tan solo dos años. Como resultado, lo que parecía ser una posición fuerte de deuda pública empezó a deteriorarse rápido. Para reforzar mi argumento, comparo la deuda pública neta de España con la de Alemania. En 2007, había caído a la mitad de los niveles alemanes. España parecía estar en una excelente posición fiscal. 
  

Se puede argumentar que el déficit estructural o cíclicamente-ajustado era mucho más alto que su déficit real. Así que estas cifras aparentemente excelentes disfrazaban la realidad. Pero como lo apuntó mi compañero Chris Giles, nadie sabía cuál era la posición estructural. Fue cierto para España, desde luego. Abajo enseño lo que el FMI pensaba en abril de 2008 y lo que piensa ahora. En 2008, el FMI, entre las instituciones oficiales más independientes y más respetadas, pensaba que España había tenido un superávit fiscal estructural sustancial – o cíclicamente ajustado – en 2004, 2005, 2006 y 2007. Ahora piensa que tenía en realidad un déficit estructural sustancial. El cambio de parecer podría apoyar el punto hecho por Chris Giles. Pero significa también que no había una razón obvia por la que España hubiera tenido que mantener una posición fiscal más dura antes de la crisis. Tenía el sello oficial de aprobación por lo que estaba haciendo. En un boom, casi todo el mundo entiende mal lo que está ocurriendo. Los que no se equivocan son Casandras y se le ignora en general. En retrospectiva, la única manera que las autoridades españolas se hubieran podido preparar para el choque hubiera sido mantener superávits fiscales de un 10% del PIB durante los cinco o seis años antes de la crisis, para generar una posición positiva de activos netos de por lo menos un 20% del PIB. Hubiera podido ser suficiente (aunque no está claro). No hay ninguna posibilidad de que una democracia hubiera podido mantener superávits de este estilo. Incidentalmente, el queridísimo pacto fiscal de Angel Merkel hubiera fracasado sin lugar a dudas, puesto que se pensaba que España estaba manteniendo superávits estructurales antes de la crisis, justo como lo pedía el pacto.


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 ¿Qué más hubiera podido hacer las autoridades españolas? Pues hubieran podido limitar los préstamos bancarios directamente, por una reducción rápida de la relación entre préstamo y valor o reducciones directas de los préstamos. Hay dos razones para preguntar si hubiera funcionado. Primero, hubiera sido desesperadamente impopular en España. La gente como el promotor inmobiliario con el que me encontré, sin hablar de los trabajadores de la construcción y otros sectores interesados se hubieran enfadado ferozmente si las autoridades hubiesen intentado limitar los préstamos. Hace falta una serie de duras leyes para hacerlo. 

A menudo, también, no podemos imaginar a qué punto las cosas se pondrán feas. Segundo, los préstamos hubieran podido en ese momento venir directamente de extranjeros en vez de instituciones españolas. ¿Hubieran podido evitar las autoridades españolas aquellos flujos de capital bajo reglas de la UE? Creo que no. Alternativamente, hubieran podido intentar fortalecer sus bancos. Pero de hecho lo intentaron, con su famosa política de “provisión dinámica”. Fue controvertida en el momento, aunque fue una buena idea. El problema, como vemos ahora, es que no era ni la mitad de lo que hacía falta. Los bancos necesitaban mucho más capital que tenía para sobrevivir a una crisis de esta magnitud. España no llevó a cabo políticas fiscales irresponsables, como lo creen los alemanes y el pacto fiscal no la hubiera salvado de la crisis. Sí que tenía un gigantesco boom inmobiliario asociado con excesos financieros y una ilusión de prosperidad. Pero este boom era, en gran medida, también financiado desde fuera, por el influjos de capitales, como lo demuestra la historia del déficit por cuenta corriente.  

¿No se merecen los que financiaron inversiones derrochadoras perder dinero también? Sin embargo algunos de ellos tienen que estar entre los acreedores de los bancos españoles a quienes se rescatarán ahora con el préstamo de €100.000 millones que el gobierno español va a pedir, arriesgando así su solvencia. Más que nada, ¿Cómo hubiera podido España evitar esta crisis, que se generó sin ninguna duda en el sector privado doméstico y se alimentó con influjos de capital del sector privado? Si no hubiera podido evitar la crisis ¿Cómo puede llevar alguna falta moral? Seguramente un acercamiento mucho más sensato – y moral – sería reconocer que esto es más bien mala suerte que mala praxis y ofrecer a España la ayuda que necesita para ajustar su economía a la realidad post-crisis, sin dejar que caiga en la quiebra soberana o se vea humillada. Sin embargo esto es lo que le amenaza. En mi opinión, España cometió un único gran error: unirse al euro. Sin ello, hubiera podido parecerse más al Reino Unido: sí, la economía estaría en una situación grave pero su tipo de cambio y sus tipos de interés a largo plazo serían mucho más bajos. Al final y al cabo su posición fiscal incluso ahora no está mucho peor que la del Reino Unido. Pero reconsiderar esta decisión ya no es posible. Ahora necesita ayuda para sobrevivir a la crisis. ¿Recibirá España todo lo que necesita? Lo dudo.




 No he encontrado un videoclip más apropiado.He buscado. Lo juro.

22 junio 2012

cañito

No es muy el tono de las cosas que cuento aquí. Pero es real y con eso vale. 

Me gusta el fútbol, me gusta más que lo que más. 

Me emociona el juego canalla,disfruto cuando veo saltar al campo a un tipo de espíritu rebelde, destreza de carterista y ademán poligonero. 

Me cansa el gafapastismo, me aburre el balón al pie de de los buenos chicos, bostezo con la retórica del pensamiento único. 

No me creo a los entrenadores que llegan a las salas de prensa como si vinieran de leer a Goethe, y se disfrazan para estar en el banquillo de dependiente de tienda italiana, y van por la vida con la sonrisa... con esa sonrisa que dice "tú no lo entiendes, pero es que... mira... me tengo que ir porque llego de desactivar minas antipersona en Ruanda, y voy a donar mi quinto riñón a un niño tibetano". Zen de design, tu ya sabes, la superioridad moral del bifidus activo. 

Miro a Cristiano Ronaldo y pienso que en él solo hay más historia que en todos los jugadores envasados al vacío. Chulo no, chulazo, como es de ley en el patio, como el que sacaba peores las notas en clase y se reivindicaba en el recreo regate a regate, vacilando, tirando caños, encañonando. 

Le miro ansiar el balón así, apasionadamente, devorándose así mismo por las ganas de marcar y veo a un ser humano entregado a una lucha tan íntima que casi me da pudor. 

Le miro golpear al cielo con la mirada después de cada fallo, y veo su capacidad para partirse la cara por cada balón aunque puedan partirle las piernas. 

Y cuando celebra cada gol, cada vez de una manera pero siempre escenificando una fiesta planeada, veo a una persona que para dormir necesita contar sueños, como todos. 

Me hace gracia hasta lo que tiene de hortera, que no es poco pero que es 100% natural, porque este no es de los que van preguntando por lo que será tendencia, este se pone unas botas rosas fluorescentes y a volar por la banda, que lo importante no es tener gusto -eso se compra-, que lo que mola es tener visión y tiene que ser propia. 

Y, sí, claro que puede no ser el tipo de persona con la que me guste tomar un café, pero te aseguro que cuando se pone frente al balón y separa los brazos antes de ejecutar la falta, trago saliva y cruzo los dedos. Me siento latir, soy feliz porque todo esto es un juego, nada más y nada menos que el mejor de los juegos posibles, y estamos jugando juntos.