23 octubre 2012

Sentido y sensibilidad / Jane Austen

“¿Dónde tenías el corazón cuando escribiste esas palabras?” Frase para este tiempo escrita en el pasado. Frase para la era digital, para el periodo de mensajes whatsapp, sms, twitter…; escrita hace 102 años por Jane Austen. 

Cada vez es mayor el riesgo de estrechar los cauces de nuestra comunicación, empezando por los más nuestros. Hace falta tiempo para evitar que nuestra relación con los demás se reduzca al envío y lectura de recados. Tiempo mental. 

 Saber siempre que las palabras las carga el diablo. Y que por eso uno ha de pensar lo que dice antes de pulsar el botón de envío. No sea que salte un pespunte, apenas perceptible, y la acción de los días lleve su curso. Y una tarde en el sofá, desmadejada la noche, caiga sobre tu techo, muda y sorda, la pregunta de cuándo fue la última vez que dijiste o escuchaste  algo que nadie había contado antes.

“Sentido y sensibilidad” puede ser leído como una reivindicación de ese tiempo. Y, en mi opinión, eso es precisamente lo que hace de este libro, una obra excepcional que merece -además de ser leída- releída. A través del pensamiento de Elionor puede el lector confirmar cómo donde falta sensibilidad no puede haber sentido, y viceversa. Te acuerdas claro: tu piel morena sobre la arena...

11 octubre 2012

generación perdida

Hubo gente que pasó por esto antes que nosotros. Y que además supieron contarlo. Y fueron llamados como podría acabar llamándose a la juventud de nuestro país: "la generación perdida". Así fue como calificó el mecánico de un taller a Fitzgerald, Hemingway y Gertrude Stein. 

Hubo toda una generación de escritores que atravesó la Gran Depresión. Y conviene leerlos, creo. Sobre todo las obras anteriores a 1929, aquellas en las que de un modo u otro puede verse que antes de que la crisis llegue al mercado de valores, llega la crisis de valores a la sociedad.

Aquí hemos pasado por eso, ya sabes. Fascinación por el dinero fácil, desprecio por el esfuerzo. Culto al pelotazo, menosprecio a la solidaridad, a la cultura, al valor de la palabra. Pasamos por aquello. Y la verdad es que callamos las más de las veces.

Y quizá merezca la pena reflexionar sobre aquella crisis previa, la de los valores. Repasar para aprender. No sea que, absurdamente, quede alguien pensando que la crisis económica terminará cuando consigamos llegar después de tanto desierto a algo parecido a lo que fue el día anterior al crack, o crash, o catacrack.

Nuestro país sigue atravesando una crisis económica, que cada vez es más una crisis de derechos, y que además también es cada vez más una crisis de autoestima. Depresión en el sentido más entero del término. Debe ser porque a lo mejor hay algo que martillea, lo de los valores, puede. Ojalá fuese así, ojalá que el tiempo no vea nunca una generación perdida.


01 octubre 2012

Orgullo y prejuicio / Jane Austen

No suele hablarse de Jane Austen como una autora innovadora. Y no faltan razones para hacerlo. "Orgullo y prejuicio" es, en mi opinión, una novela muy avanzada. No es una obra escandalosa, tampoco espectacular, pero abre las puertas para traer sabiduría. Por eso debe ser leída. Hace crecer, de la única manera en que puede crecerse a nuestros años: hacia dentro.


Prueba de ello son las páginas en las que la protagonista se enamora. Darcy no está presente y llevan bastante tiempo sin verse. Escucha sobre él, recorre los pasillos, ve un retrato y se enamora. La cristalización no se hace explícita, pero se deduce fluidamente por el lector. 

No es algo que ocurra de un momento a otro, sino por trabajo del tiempo. La gota que colma el vaso es, en este caso, un pequeño descubirimiento: a veces en el sentido estético de una persona puede reflejarse la dimensión moral. Es porque la belleza puede comprarse y la nobleza no.