24 julio 2005

Bluetooth

La tecnología bluetooth, gracias a la cual ordenadores, móviles y agendas intercambian información sin cables, es una de las más en boga. En Europa, muchos solteros no cierran la aplicación en el móvil para poder ligar con tarjetas de visita virtuales. Cada semana se despachan en el mundo tres millones de aparatos con bluetooth, y en 2008, más de la mitad de los móviles lo tendrán.

Es una lástima que esos sistemas sean tan inseguros. El año pasado, John Hering y sus colegas de Los Ángeles escandalizaron a los ejecutivos de la industria con un "rifle de francotirador" para bluetooth. El arma puede infiltrarse en los móviles desde una distancia de más de un kilómetro, y permite a los hackers robar agendas personales, enviar mensajes falsos y convertir los teléfonos en aparatos de escucha ilegales. En la ceremonia de los Oscar en febrero, Hering detectó casi cien teléfonos vulnerables paseándose por la alfombra roja. Lo que él intenta, afirma, es "analizar la seguridad"; pero ya pueden encontrarse en Internet instrucciones para construir el fusil. Lo que está en juego es mucho más que la agenda de teléfonos de los oscarizados. Una empresa de seguridad londinense llevó a cabo hace poco una prueba en el Parlamento. En menos de 15 minutos, ocho teléfonos bluetooth estaban en peligro, lo que significa que esta tecnología tan útil podría terminar siendo la próxima frontera del espionaje.

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