14 julio 2005

Dentro y fuera


El Gobierno francés ha decidido suspender el espacio Schengen ante la posibilidad de que se lleven a cabo atentados en ese país. Imaginamos que esa decisión se habrá tomado tras escuchar a los servicios secretos, aunque conviene recordar que Sarkozy cierra las fronteras cuando Francia es, probablemente, el país de Europa en el que viven más musulmanes.

Los presuntos terroristas que se están deteniendo en Inglaterra son hijos de inmigrantes, gente que tiene el poster de Beckham en la habitación y el Corán en la mesilla. Personas que no han conseguido sentirse parte de la sociedad en la que viven, porque las políticas de integración no están funcionando. Y cuando decimos "políticas de integración" no estamos diciendo sólo educación, salud, seguridad, empleo y cultura, decimos también lucha contra la discriminación, la xenofobia y el racismo; algo que precisamente no funciona en Francia, donde la violencia y el número de amanezas raciostas se duplicó en el último año.

Sarkozy, Ministro del Interior en Francia, es uno de los políticos más populares, casi todo el mundo pensaba que Chirac acabaría nombrándole Primer Ministro tarde o temprano. Sin embargo tras la última crisis el Presidente de la República decidió que el puesto lo ocuparía Villepin -nos es más familiar porque era el Ministro de Exteriores en los tiempos del inicio de la Guerra de Irak-.

Si hay un país en el mundo dado a las intrigas palaciegas es Francia. Los partidos políticos pelean entre sí con fuerza, con mucha fuerza, pero donde verdaderamente corre la sangre es en el interior de esas organizaciones: ha sido fácil verlo en el Partido Socialista -Referéndum de la Constitución europea-, pero que a nadie le quepa la menor duda del pulso que Sarkozy y Villepin tienen para suceder a Chirac. También se está jugando esa partida.