29 septiembre 2005

Mínimo común múltiplo

A veces tengo la sensación de que Zapatero trabaja por trimestres. Leí recientemente un artículo -no recuerdo donde- en el que se hablaba de los tres grandes hitos en la agenda de Moncloa entre septiembre y diciembre: la reconstrucción de las relaciones con Estados Unidos, el estatuto de Cataluña y ETA.

Todo parece indicar que el Estatuto se aprobará próximamente, también existen algunas señales que podrían confluir en una visita de Zapatero a la Moncloa y respecto a ETA nadie se atreve a hablar demasiado.

Ese es un tema sobre el que tengo ganas de escribir hace tiempo. Si no lo hice fue porque sobretodo no quería caer en las especulaciones, me limitaré por tanto a análizar lo poco que se sabe:

1-. ¿Cuál es la distribución de fuerzas?

Parece claro que por un lado están quienes consideran inviable una salida política al conflicto. La palabra que más temen es "rendición". Fíjense en las bombas de los últimos días -no fueron puestas para atacar a nadie, eran un mensaje más mafioso, más tipo "estamos aquí, podemos hacer daño"-. Fíjense en las declaraciones del ala más conservadora del Partido Popular, muchas de ellas están trufadas de terminología bélica "derrota", "bajar la cabeza"...

Por otro lado están quienes si que consideran que existe una salida política. ¿Quiénes son? Prácticamente todas las fuerzas parlamentarias -las mismas que autorizaron a Zapatero a sentarse con la banda si esta abandonaba las armas- y parece que algunos sectores etarras -según se desprende de los medios algunos presos vascos y parte de la ilegalizada HB-. La importancia de los presos vascos es crucial, no sólo por su influencia, sino también por sus familiares, uno de los principales nodos del movimiento abertzale.

2-. Respecto a las vías de comunicación:

Evidentemente, apenas hay información, pero si que parece claro que existe algún "teléfono rojo" entre las partes que abogan por la solución política. Rasgarse las vestiduras ante ese hecho sería como manifestarse contra la ley de la gravedad. Estoy completamente convencido que, desde que nació nuestra democracia, ha existido siempre una línea caliente. Lo contrario sería una irresponsabilidad.

¿Significa esto que estén negociando? No. Primero porque Zapatero se ha cansado de decir que no habrá negociación hasta que se abandonen las armas. y segundo porque los sectores de ETA partidarios de mantener el conflicto ya habrían filtrado la noticia a los medios.

Conviene subrayar la diferencia entre "línea caliente" y "mesa de negociación", porque la posición pública del Partido Popular y los medios de comunicación más conservadores se están moviendo en la ambigüedad.

3-. Los mínimos.

En una negociación se llega a un acuerdo cuando todas las partes quedan moderadamente insatisfechas, es decir, cuando nadie impone sus máximos, pero todos mantienen sus mínimos.

Nada sabemos de los mínimos que podría plantear en una hipotética negociación ETA pero, desde luego, parece lógico pensar que se centrarán en sus mínimos como organización más que en sus mínimos programáticos. Los resultados electorales en Euskadi y el fracaso del Plan Ibarretxe sirvieron para demostrar con contundencia que es lo que quiere la población vasca.

Respecto a los mínimos orgánicos: en primer lugar, parece evidente que ETA querrá transformarse en fuerza política; en segundo lugar habrá que abordar la cuestión del acercamiento de los presos vascos a Euskadi.

Los mínimos del Gobierno: abandono de las armas y posibilidad de verificar el proceso de desarme. Moncloa no permitirá nada parecido a una amnistía de los presos.

4-. El proceso.

Zapatero dijo que el proceso será duro, difícil y largo.

Pero, por primera vez no es imposible. Existen probabilidades, pocas, pero existen.

En las propias palabras del Presidente se traslucen los obstáculos: ansiedad, precipitación y especulación.