12 noviembre 2005

Hasta los obispos

Rajoy ha podido volver a comprobar que se está quedando solo. Lo ha visto por la televisión, ya sabemos que es un hombre al que no le gusta hacer alardes de valentía (por eso se negó a debatir con Zapatero en la campaña electoral, por eso no fue a la manifestación contra los homosexuales, ni firmó el recurso contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, ni presento el recurso contra el estatuto catalán...). Rajoy ha visto como las "decenas de obispos" que se manifestarían hoy -según venía comentando desde hace días La Razón- se ha quedado reducida a media docena.

A la derecha española ha vuelto a perderle el exceso, han jugado demasiado fuerte y la cuerda del único aliado que le quedaba en la calle empieza a romperse. A lo largo de esta semana se han apartado los obispos gallegos catalanes y vascos, el Presidente de la Conferencia Episcopal se ha desmarcado y ya empiezan a sonar voces en la curia contra Jiménez Losantos.

A Rajoy le queda Rouco y viceversa, son dos hombres derrotados en las urnas, dos personas que se necesitan. Se habrán llamado, habrán comentado las mejores jugadas y, seguramente, considerarán que fue mucho mejor renunciar al ofrecimiento de Setephen Hawkins y elegir a una Miss Mundo para que leyese el manifiesto de esta tarde otoñal porque "ella si que representa un ejemplo para las niñas españolas"

Quizá sea esa su última llamada, los dos lo saben. Después de tanto esfuerzo, tantos autobuses, tanto dinero, llega el Portavoz de la Conferencia Episcopal y dice: "No estamos cerrados a un pacto con el Gobierno".

Para mi no es una noticia especialmente buena, saludo la responsabilidad del Presidente de la Conferencia española aunque creo que su movimiento es más táctico que otra cosa. Pero para Rajoy es un golpe terrible, la imagen está clara: "hasta los obispos están dispuestos a negociar"...