08 diciembre 2005

El espejismo mágico

Ayer por la tarde, según entraba en una tienda, escuché una voz de mujer diciendo:

-Pues mi hijo se ha metido en política-

Rondaba los 45-50 años, estaba con una chica que debía ser su hija. El tendero, mientras envolvía algo en papel de estraza, acertó responder diplomáticamente:

-... Eso está bien-

La cría no parecía satisfecha. 12 o 13 años, en esa divertida -y estresante- edad en la que ya se es capaz de atar cabos pero todavía no se ha aprendido lo importante que es tener cerrada la boca:

- Es del PP -

Sonrisa abierta del tendero:

- Entonces es de los míos... -

La madre, animándose:

- Cualquier día le veremos en la televisión -

Tendero, completamente relajado:

- El Zapatero ese es tonto, deberían meterle en una cárcel y tirar la llave a un río...-

Sin comprar nada, sonriendo, salgo a la calle. Madre, hija y tendero me siguen con la mirada.

Ya en la calle, trato de olvidar lo de la llave, la cárcel y el rio. Eso no es lo más importante.

Comienzo a preguntarme las razones por las que esas tres personas se creen más listas que un hombre que ha reunido en torno a si a millones de votantes. Caigo en la cuenta de que muchas de nosotras y nosotros caímos en ese mismo error hace no muchos años.

En 1996, cuando Aznar ganó las elecciones generales, preferimos creernos una mentira muy parecida. Le ridiculizamos, dimos por hecho que la izquierda no tardaría en volver. En otras tiendas, otras madres y otros tenderos decían: "el del bigote no tiene carisma..."

Cuatro años después, el Partido Popular obtuvo su mayoría absoluta, fue entonces cuando el espejismo -el espejismo mágico- se rompió en mil pedazos. Aquella noche fue muy dura, nos dimos cuenta de que habíamos cometido el peor de los errores: infravalorar al adversario.

Sin ánimo de revancha, me he prometido volver a esa tienda en el 2008. La sobrebia del derrotado habrá desaparecido, quizá haya cambiado de bando y comience a echar sus raíces -como ocurrió en el 2000- en el bando vencedor. Si eso ocurre, si no estamos alerta, comenzará el final de todo lo que hasta ahora es un principio.