08 diciembre 2005

Match point

Creo que fue Thoreau quien dijo “tala un bosque y serás un héroe, dedícate a verlo crecer y te llamarán vago”. Durante este puente me he preocupado más de observar que de talar -o sembrar- el bosque.

He visto cuatro películas: “el sonido del trueno”, “lila dice”, “magnolia” y “match point”. Cada una de ellas aborda la culpabilidad y el remordimiento desde un punto de vista diferente. En todas ellas late el tremendo y sordo potencial que tiene cada ser humano para mejorar la vida de los demás o para infringir dolor.


Buñuel contaba en “mi último suspiro” que había desarrollado un sistema para predecir como terminaría cualquier película tras haber visto sus primeros minutos. La clave es el castigo.


Nos gustaría -y a veces incluso lo interiorizamos- que la vida funcionase así. Pero no es cierto.


El tiempo no se cansa de demostrarnos que nuestra propia libertad no tiene límites.


La experiencia nos sitúa una y otra vez ante el abismo. Es necesario hacer un gran esfuerzo para asumirlo.


Optar por vivir sin red -sin esa red que no existe- y hacer lo que hay que hacer porque, simplemente, hay que hacerlo.