07 marzo 2006

Imagine

El pasado domingo 5 de marzo, en pleno cierre de la Convención del Partido Popular, se publicó un editorial que merece una lectura en profundidad. Su interés radica tanto en lo que se dice, como en quien lo dice.
Copio y pego algunos extractos de "El Partido Popular y la imaginación" por José Antonio Zarzalejos, Director del ABC.
"Así, el socialismo de Rodríguez Zapatero -difícilmente predecible en sus reacciones- es un adversario con perfiles novedosos al que la derecha democrática española no ha tomado aún la medida. No es fácil hacerlo porque no tiene correlato en ningún país de nuestro entorno y, de alguna forma, el zapaterismo se ha convertido en un sinónimo de políticas audaces dentro del propio código del progresismo europeo

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Aparentes extravagancias del Gobierno como la llamada alianza de civilizaciones, la profundidad en la alteración de la institución matrimonial mediante la regulación del homosexual, la activación de minorías sociales de gran dinamismo público y el abordaje de cuestiones políticas sacralizadas con una suerte de improvisación e impertinencia desconocidas -el modelo de Estado o las relaciones con la Iglesia, por poner dos ejemplos muy obvios- delatan que este nuevo PSOE no se reconoce heredero de ningún legado incómodo o paralizante, ni es tributario, siquiera, de su propia historia y tradición. En estas circunstancias, subestimar a Rodríguez Zapatero sería un incalificable acto de ingenuidad política porque, aunque su ideología sea invisible, no quiere decir que sea inexistente.

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La gran victoria del presidente del Gobierno consistiría justamente en que un ataque de suficiencia en el Partido Popular no le reconozca como un dirigente político con una determinación radical de seguir ejerciendo el poder y con una voluntad decidida de desmentir los dicterios que le atribuyen insolvencia, liviandad intelectual e incapacidad de liderazgo. El reto de los populares, por eso, consiste en la correcta identificación del adversario y, en función de su profundo conocimiento, la adaptación plena a la situación política y social creada en estos dos últimos años.

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Todo está inventado y el revolucionario mayo de 1968 deparó extraordinarias lecciones, y, entre ellas, una esencial: la imaginación al poder. El PP tiene que pasar de la rutina a la imaginación. Porque ese es el camino de regreso al Gobierno".