17 abril 2006

La crisis

“El sistema no está en crisis, la crisis es el sistema”. Es una afirmación típicamente italiana, quizá un poco cínica aunque útil para comprender lo que viene pasando en ese país desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Desgraciadamente, no faltan indicadores para temer que las cosas puedan empeorar aún más, que el sistema entre en crisis.

Han pasado ya bastantes días desde las elecciones y Berlusconi sigue sin aceptar el resultado de las urnas. Habrá quien diga –no sin argumentos- que Berlusconi se resiste a salir del Gobierno porque al hacerlo podría entrar en la cárcel, pero eso no es lo importante. El hecho cierto es que nos encontramos ante lo más cercano a un intento de golpe de Estado que ha ocurrido en Europa desde hace mucho tiempo.

“La situación está estancada” dice Berlousconi. Me gustaría que alguien le preguntase a qué se refiere con “situación”. No, no es el cambio de Gobierno lo que está paralizado, es la democracia.

Berlusconi quiere mantenerse en el poder articulando algo parecido a un Gobierno de concentración nacional. Esa es su estrategia, la táctica es sencilla: divide y vencerás. La izquierda articuló una gran plataforma liderada por Prodi, pero en la que D´Alema acabará jugando un papel relevante. ¿Traicionará D´Alema a Prodi? Negociar con Berlusconi no es traicionar a Prodi, es traicionar a la democracia.

Berlousconi: “tras estas elecciones no hay ni vencedores ni vencidos”. La democracia es un sistema político que regula la sucesión del poder pacíficamente, mediante la expresión de la voluntad popular que se manifiesta en las elecciones. Siempre hay vencedores y vencidos pero nunca hay víctimas, por eso es el mejor sistema, por eso también la derrota de cualquier verdadero demócrata siempre es digna y honrosa. Esta no lo es, que nadie se eche las manos a la cabeza: aquí tampoco lo fue.