10 julio 2006

La valentía es rentable



Latinoamérica, la caída de la URSS, África, Yugoslavia, Afganistán, Irak e Irán... Todo en "El señor de la guerra", probablemente, la película más valiente que he visto nunca. Claro que hay líneas en el guión más cercanas a una película de entretenimiento convencional que a un largometraje de denuncia, pero lo importante es que se sale del cine con el sabor amargo que provoca haberse acercado a las reglas de un juego que no nos gusta.

No es la primera película de este año que pretende arrojar algo de luz sobre algunos de los puntos oscuros norteamericanos. Durante los últimos meses se han estrenado, por ejemplo, "Syriana", "Buenas noches y buena suerte", "Manderlay" y "Crash". Todas ellas han recibido el respaldo de la crítica y del público.
Quizá estemos ante los primeros pasos del resurgir de una industria que hasta hace unos años parecía agotada. De momento, en Hollywood ya hay quienes apuestan sobre seguro reeditando fórmulas que funcionaron -"Superman", "King Kong"...- y quienes prefieren comprometerse y arriesgar. Mientras tanto, la industria española prefiere continuar repitiendo lo que nunca llegó a funcionar del todo...
La valentía es rentable, tanto que incluso puede llegar a abrir nichos de mercado no esperados. Veamos uno: "El señor de la guerra" ha recibido el respaldo de la sección USA de Aministía Internacional. Una organización que, ahora que ha salido a la venta el dvd, recomienda organizar proyecciones con la familia, los amigos, los vecinos...; como medio para sensibilizar a la opinión pública sobre el comercio internacional de armas. Consecuencias: más dinero para Nicholas Cage y compañía, y menos votos para los señores de la guerra. Un negocio redondo.