24 septiembre 2007

abramovich y rajoy

Al leer que Abramovich está dispuesto a ser el entrenador del Chelsea vía intermediario, me ha venido a la mente Florentino Pérez, en Madrid se vivió hace años lo que pronto se vivirá en Londres.
Los multimillonarios necesitan juguetes millonarios, no es una regresión infantil, es su antídoto contra el aburrimiento. Un antídoto con dos efectos secundarios: el primero de ellos es deseado -utilizar al club de fútbol como plataforma económica y social-, y el segundo colateral -una brubuja en la ilusión de millones de aficionados que suele reventar de mala manera-.
No es raro que esto ocurra en el ámbito del deporte, ocurre en casi todas los campos del ocio -los estudios de cine se convierten en factorias, las editoriales en cadenas de montaje, el arte se estandariza...- y en muchas otras parcelas de nuestra vida.
Hay movimientos en el tablero de los poderosos que condicionan tu futuro, tu libertad. La especulación es uno de ellos. El Partido Popular movió ficha este fin de semana: liberalizar el suelo en un país que sufrió, mientras la derecha estuvo en el poder, un aumento del 98% en los precios de la vivienda.