15 octubre 2007

una cuestión de poder

Señalar que la derecha española sigue sin haber digerido el resultado de las elecciones de 2004, viene a ser como afirmar que la tierra gira alrededor del sol. Pero hay una verdad no menos cierta y que resulta bastante más incómoda: todavía no han sido capaces de aceptar los consensos básicos que se fraguaron en la transición.


Puede haber quien piense que su resistencia se limita a cuestiones de carácter territorial, yo creo que la cuestión de fondo es otra, creo que se resisten al reparto del poder que vertebra a cualquier sistema democrático.


Su política respecto a los Estatutos autonómicos no es una respuesta al crecimiento que genera la descentralización, sino una resistencia a la distribución del poder, a la aproximación de la toma dedecisiones a la ciudadanía.


Su estrategia en el Consejo General del Poder Judicial no es precisamente una consecuencia de los valores liberales, sino una resistencia a la libertad y la independencia de la justicia en nuestro país.


Su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo, a la Ley de Igualdad, -como ocurrió en su día con el divercio y el aborto-, su bloqueo a la Ley de Dependencia, no son fruto de sus valores cristianos -no si divorcian poco-, sino una resistencia al principio de igualdad de todos y de todas.


Su actual acoso a la Corona, no parece ser el resultado de su amor a los valores republicanos, sino un ataque a la neutralidad del rey. Un rey que siempre ha honrado nuestra Constitución.


No es bueno, no es nada bueno, que a estas alturas la derecha española siga sin aceptar las reglas básicas de nuestra democracia. Es negativo cuando están en la oposición, pero es muy dañino cuando están en el Gobierno..