tierra quemada
Sarkozy decidió jugar fuerte frente a la huelga emprendida por los sindicatos franceses. Apostó por la estrategia de tierra quemada, por no moverse con la esperanza de que el tiempo fuese ensanchando la grieta que hay entre los trabajadores que promovieron la reivindicación (que tienen derechos pero que quieren más) y el resto de la sociedad francesa (la que está completamente desprotegida, y la que no necesita protección porque le va bastante bien así) .
Jugó a ganar donde había perdido Segolene, ella no supo unir a sus dos sectores, él esperaba aumentar la división. Sin embargo, los sectores más oprimidos vuelven a levantarse. Ahora Sarkozy no mantiene un pulso, tiene dos.
Hay dos cuestiones que no han cambiado de la primera revuelta a esta y que serán cruciales para el futuro: la derecha sabe que proclamar el estado de excepción no será suficiente a medio plazo; la izquierda se sabe dividida, sus dirigentes no representan verdaderamente ni a los trabajadores, ni a los más oprimidos.
Jugó a ganar donde había perdido Segolene, ella no supo unir a sus dos sectores, él esperaba aumentar la división. Sin embargo, los sectores más oprimidos vuelven a levantarse. Ahora Sarkozy no mantiene un pulso, tiene dos.
Hay dos cuestiones que no han cambiado de la primera revuelta a esta y que serán cruciales para el futuro: la derecha sabe que proclamar el estado de excepción no será suficiente a medio plazo; la izquierda se sabe dividida, sus dirigentes no representan verdaderamente ni a los trabajadores, ni a los más oprimidos.
Escrito mientras escuchaba "Sur les remparts" de Iam.
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