Obama. La lente racial
El fuego continuo se inició hace varias semanas con el "Caso Reverendo Wright". En las campañas electorales, como en cualquier otro ámbito de la vida, las situaciones decisivas pueden afrontarse en términos de problema o de oportunidad. Obama eligió la segunda opción. Y lo hizo con grandeza.
Aquí algunos extractos del discurso con el que abordó ese tema, que además es, en mi opinión, el mejor que ha hecho en todo lo que va de año:
"Soy el hijo de un hombre negro de Kenya y de una mujer blanca de Kansas. Mi madre me crió con la ayuda de un abuelo blanco que sobrevivió a la Depresión y sirvió en el Ejército de Patton durante la Segunda Guerra Mundial y de una abuela blanca que trabajó en una cadena de producción de bombas en Fort Leavenworth mientras su marido estaba luchando en Europa. Estoy casado con una americana negra que lleva en sus venas la sangre de esclavos y de amos – una herencia que hemos transmitido a nuestras dos preciosas hijas. Tengo hermanos, hermanas, sobrinas, sobrinos, tíos y primos de todas las razas y de todos los matices, dispersos por tres continentes y mientras viva, nunca olvidaré que sólo en Estados Unidos es mi historia posible.
Mi historia hace que no sea el candidato más convencional. Pero es una historia que ha grabado en mi herencia genética la idea que esta nación es más que la suma de sus partes – de muchos, somos realmente uno.
Durante el primer año de campaña, en contra de todas las predicciones al contrario, vimos a qué punto anhelaban los americanos este mensaje de unidad. A pesar de la tentación de ver mi candidatura sólo por una lente racial, logramos victorias importantes en estados con algunas de las poblaciones más blancas de este país [...]
Esto no significa que la cuestión de la raza no haya formado parte de esta campaña. En varios momentos de la campaña, algunos comentaristas me han tachado o de "demasiado negro" o de "insuficientemente negro". Hemos visto cómo la burbuja de las tensiones raciales estalló durante la semana antes de las primarias en Carolina del Sur. La prensa ha analizado cada encuesta de opinión, buscando la evidencia más pequeña de una polarización racial, no sólo en términos de blanco y negro, sino de negro y marrón, también.
Los comentarios que se han hecho y las cuestiones que han emergido en las últimas semanas reflejan las complejidades de la cuestión racial en este país, una cuestión que nunca hemos solucionado. Y si nos apartamos ahora, si nos alejamos cada uno a nuestro rincón respectivo, nunca nos podremos unir y resolver los desafíos como la cobertura sanitaria, o la educación o la necesidad de encontrar un buen trabajo para cada americano.
Entender esta realidad requiere un recordatorio de cómo llegamos a este punto. Como dijo William Faulkner: "El pasado no está muerto y enterrado. En realidad, no es ni siquiera pasado" [...]
El error profundo en los sermones del Reverendo Wright no es que hablara de racismo en nuestra sociedad. Es que habló como si nuestra sociedad fuera estática; como si no se hubiera progresado; como si este país – un país que ha hecho posible que uno de sus miembros se presente al cargo más alto de esta tierra y construya una coalición blanca y negra; latinos y asiáticos, ricos y pobres, jóvenes y mayores – está aún irrevocablemente ligada a su pasado. Pero lo que sabemos – lo que hemos visto – es que América puede cambiar. Esto es el genio real de esta nación. Lo que ya hemos alcanzado nos da esperanza – la audacia de la esperanza – por lo que podemos y debemos alcanzar mañana [...]
En este momento, en estas elecciones, nos podemos unir y decir: "Esta vez, no". Esta vez queremos hablar de las escuelas decrépitas que están robando el futuro a los niños blancos y negros y asiáticos e hispanos y nativos americanos. Esta vez queremos rechazar el cinismo que nos dice que estos niños no pueden aprender; que estos niños que no se parecen a nosotros son el problema de otros. Los niños de América no son aquellos niños, son nuestros niños y no dejaremos que tropiecen y se queden atrás en la economía del siglo XXI. Esta vez no.
Esta vez queremos hablar de cómo las filas en Urgencias están llenas de blancos y negros e hispanos que no tienen seguro médico; que no tienen el poder de vencer solo los intereses especiales en Washington pero que pueden luchar contra ellos, si lo hacemos juntos.
Esta vez queremos hablar de las fábricas cerradas que brindaron una vida decente en el pasado para hombres y mujeres de todas las razones y de las casas en vente que pertenecían antaño a americanos de todas las religiones, todas las regiones, todos los caminos de la vida. Esta vez queremos hablar del que el problema real no es que alguien que no se nos parece nos va a quitar el empleo; es que la corporación por la que se trabaja va a deslocalizar el trabajo para obtener más beneficios.
Esta vez queremos hablar de los hombres y de las mujeres de todos los colores y de todas las religiones trabajan juntos, luchen juntos, sangren juntos debajo de la misma y orgullosa bandera. Queremos hablar sobre como traerlos a casa, lejos de una guerra que nunca hubiera tenido que ser autorizada y nunca hubiera tenido que librarse y queremos hablar de cómo demostraremos nuestro patriotismo cuidando de los demás y de sus familias y dándoles las ayudas que se han ganado.
No me presentaría a Presidente si no creyera con todo mi corazón que esto es lo que la amplia mayoría de los americanos quieren para este país. Puede que esta unión nunca sea perfecta pero generación tras generación ha demostrado que siempre puede ser perfeccionada. Y hoy, cuando me siento lleno de dudas o cinismo sobre esta posibilidad, lo que me da esperanza es la próxima generación – los jóvenes cuyas actitudes y creencias y apertura ya han hecho historia en estas elecciones".
Fotograma de "La naranja mecánica" de Kubrick.Escrito mientras escuchaba "Personal Jesus" interpretado por Johnny Cash
Etiquetas: Obama Barack
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