11 junio 2008

una narrativa personal


No coincido con quienes consideran que Hillary perdió frente a Obama por ser mujer. Tampoco con quienes consideran que las mujeres blancas castigarán a Obama por ser un hombre negro. No veo la las cosas en términos tan rígidos. Coincido con este artículo que escribió Anne Greenberg para el Huffington Post, se titula "Mujeres blancas enfadadas" y es lo primero que leo de ella:

"Desde que comenzó a especularse con que Hillary Clinton iba a retirarse de la carrera para la nominación demócrata a presidente, se ha enfocado, principalmente, a las mujeres blancas "enfadadas" que se están resistiendo a apoyar a Barack Obama. Algunos sugieren incluso que John McCain podría llegar atraer a las seguidoras de Clinton.

El problema con este argumento es que es erróneo en gran parte, e ignora la historia y no consigue entender el desafío real que tiene ante sí Obama con las electoras. No hay duda de que haya seguidores de Clinton a quienes les cuesta contemplar la idea de dar su apoyo a Obama pero la mayoría de entre ellas son electoras demócratas progresistas altamente comprometidas; es difícil de imaginar que acabarán apoyando a McCain, que tiene un largo historial profesional de misoginia.

De hecho, Obama está teniendo más éxito que John Kerry con las electoras; Kerry tenía una ventaja de 3 puntos y según las encuestas de Democracy Corps Research, Obama tiene actualmente una ventaja de 6 puntos. La mejora de Obama sobre el resultado de Kerry se debe al apoyo de las mujeres jóvenes universitarias – las más progresistas de todo el electorado-.

La lucha real de Obama son las electoras blancas trabajadoras – el mismo grupo que fue problemático para Kerry. Actualmente, Obama tiene 19 puntos menos que McCain entre las mujeres blancas sin educación universitaria – 37 a 46%; según Democracy Coros-. Kerry perdió por estas mujeres y por este mismo margen: 40 a 50%.

Algunos argumentan que Clinton solucionó este problema por su actuación con las mujeres blancas más mayores del Partido Demócrata. Pero no sólo es un error extrapolar los resultados de las primeras a las elecciones generales, sino que Clinton perdería sin lugar a dudas contra McCain por las mujeres blancas sin educación universitaria, aunque fuera por un margen más estrecho.

La clave para llegar a las electoras tiene dos vertientes. Primero, Obama tiene que comunicar con ellas sobre quién es él, sobretodo cuáles son sus valores y su experiencia personal. Él y su familia tienen más en común con estas mujeres de lo que saben. Segundo, tiene que hablar de sus inquietudes económicas reales.

Como subrayé en Perspectivas Americanas en 2004, Kerry tenía ventaja sobre George Bush con las mujeres blancas mayores cuando su campaña versaba sobre cobertura sanitaria, pensiones y otras cuestiones económicas nacionales. Pero cuando dejó que la campaña entrase en el terreno de Irak o de la seguridad, en detrimento de su mensaje económico, perdió terreno. La situación económica es aun más delicada para estas mujeres hoy, con la subida del precio del crudo exacerbando su situación económica.

John McCain tiene un historial de oponerse a las mismas políticas que ayudarían a las mujeres – entre otras, oponerse a la igualdad de remuneración y el incremento del salario mínimo – y apoyar las políticas que no son atractivas a estas electoras, como la reducción fiscal para los ricos y programas de privatización de la asistencia sanitaria y la Seguridad Social.

McCain no va a ganar el apoyo de las mujeres que apoyaron a Clinton en las primarias y Obama puede sin lugar a dudas mejorar sus posibilidades de ganar a McCain en las elecciones generales, si encuentra caminos hacia las mujeres blancas trabajadoras sin educación universitaria. Lo puede conseguir ofreciendo una narrativa personal que refleje los valores compartidos y orígenes familiares, muy alejados del elitista que dicen que es, y elaborando un mensaje económico que pone de relieve las propuestas específicas para reducir las presiones financieras cotidianas de las mujeres blancas de clase trabajadora".
Fotograma de Manhattan , de W. Allen.
Escrito mientras escuchaba "Femme fossile" de Pauline Croze.

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