02 octubre 2008

laag palin


El historiador Jacques Le Goff señaló que la cultura hebrea estableció una diferencia que perdura hasta nuestros días, la existencia de dos categorías de risa: "sakhaq" -amistosa, feliz, positiva- y "laag" -burlona, denigrante, negativa-. La vida nos ha enseñado que el efecto social de ese tipo de risa siempre es el aislamiento. Lo vimos en el patio del colegio, lo podemos volver a ver ahora en la campaña electoral estadounidense.

El pasado sábado, en el Saturday Night, una pareja de cómicas fue capaz de provocar millones de "laags" al imitar a Sara Palin. El efecto de esa imitación está siendo devastador para el partido republicano. Funcionó porque arrojó toda la luz sobre el punto más débil de la candidata: es un producto prefabricado. Sigue -y seguirá- funcionando en youtube. A la honda expansiva le queda mucho recorrido.

Apenas faltan unos días para el único debate televisado que habrá entre los dos candidatos a la Vicepresidencia. La situación no es fácil para Palin, algunas voces conservadoras están pidiendo ya su retirada. No conviene infravalorar el talento de la industria del partido republicano (el mejor discurso de toda la campaña fue el de su presentación), pero parece evidente que se encuentran ante todo un desafío. Por muy bien que lo preparen todo, todos ellos sentirán, en el momento en que comience el debate, el tremendo peso del factor humano. ¿Será capaz de desenvolverse bajo tanta presión? Al fin y al cabo, más que las políticas concretas que quieren aplicarse, más incluso que los valores que defiende cada uno, lo que este tipo de formatos reflejan es, en mi opinión, de que material está hecho cada candidato.  Y para eso el público siempre tiene un instinto infalible.

Escrito mientras escuchaba "Primitive" de Roisin Murphy

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