19 enero 2009

nuevo registro, misma melodía

Durante el año pasado, siguiendo la estela marcada por Obama, no fueron pocas las publicaciones de comunicación política que apuntaban la conveniencia de contar historias, una aportación que, en mi opinión, ha sido tan decisiva para la retórica como la recomendación de dirigirse al público en prosa y no en verso. Ya es tarde para decir que el lenguaje es, en sí mismo, una creación humana destinada contar historias. Humo.

Coincido con quienes identifican el registro épico en las intervenciones de Obama, pero creo que su principal valor no es ese, creo que la resonancia heroica tiene menos trascendencia discursiva que la alteración del sujeto político que su campaña ha sido capaz de propiciar. El sujeto en las mejores intervenciones de Obama, en las más decisivas no es un "yo" mesiánico sino un "nosotros", no un "nosotros" populista", sino un "nosotros" democrático que reivindica, en cada predicado, el valor de la política: "yes WE can".

Mañana, en el discurso de toma de posesión del próximo Presidente de los Estados Unidos, tendremos la oportunidad de comprobar si se mantiene ese "nosotros" y, también la ocasión de aventurar si se abre el camino a un nuevo predicado, a nuevos verbos, a nuevas expresiones narrativas más cercanas, por ejemplo, a los personajes que forjaron John Dos Passon y Steinbeck en los duros años de la depresión, que a los sublimes héroes de las tragedias griegas escritas en la era de los mitos. 

La tentación de encadenarse a la épica existe, existe porque lo sublime deslumbra al público a corto plazo, porque el orador se siente cómodo, pero su rastro tiende en nuestro tiempo a ser efímero. Su capacidad de reconfortar tiene fecha de caducidad, especialmente cuando la crisis económica puede dejarte sin trabajo o puede vaciarte la nevera.

Gordon Brown, que no es peor orador que Obama, fue capaz de repuntar espectacularmente en las encuestas gracias al recurso épico, pero la espuma comienza a bajar ya. Tiene lógica: todas y todos hemos visto a Charlton Heston separando las aguas en los "Diez mandamientos", pero nadie podrá a un héroe capaz de derrotar, por sí solo, al dragón de la crisis que los neoconservadores alimentaron. Ya sabes, la realidad, es lo que tiene.

Y nada es más real que un sentimiento, que no poder dormir porque hay que echar cuentas. En esa emoción, en la capacidad de decirle a todos tus compatriotas que estás a su lado, que su vida no pierde sentido, que estamos juntos y que juntos atravesaremos la crisis, creo que está el camino. Sensibilidad, unidad, honestidad. Zapatero, por delante.

Fotograma: "The grapes of Wrath"
Escrito mientras escuchaba "Know how" de los Kings of convenience

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