24 marzo 2009

los abrazos rotos

Me gusta Almodovar, y me han gustado "Los abrazos rotos". Me gusta como director, porque ha sido capaz de crearse un estilo que va más allá de la estética, que alcanza la modernidad sin renunciar a algunas de las señas de identidad de nuestra cultura.

Pero sobre todo me gusta como guionista, como narrador. Siempre ha sido un buen contador de historias desde las más disparatadas, hasta las más estremecedoras. Y cuando se adentra en lo profundo, como en esta obra, no se enfanga en lo artificial, ni se enreda en lo accesorio. Cada secuencia, cada fotograma es imprescindible para el conjunto. El resultado es de una precisión asombrosa y de una gran riqueza. Pura levedad. Ninguno de los personajes es plano, todos contienen pasiones tan humanas como las nuestras, la misma propensión al desequilibrio y la misma búsqueda de una felicidad que siempre se nos escapa. Puede bastar un segundo...

Dos cosas más, como dos guiños improbables en "Los abrazos rotos", una canción imposible de Cat Power y la mesa donde reímos en el Chicote. Ha llovido. Recuerda.


Imagen del post: Fotograma de "Los abrazos rotos"
Escrito mientras escuchaba "Werewolf" de Cat Power

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