30 septiembre 2009

al recreo

A veces se juega contra uno mismo más que contra el adversario. Es lo que sucede cuando se sabe lo que se puede pero todavía no, porque cada proceso tiene su tiempo y todavía falta aunque vendrá. A veces las ganas. Fue lo que pensé anoche entre el primer gol y el tercero del Real Madrid, el tramo en que pudo vislumbrarse lo que puede llegar a verse en el Bernabeu. Hubo un equipo que se sintió ligero y, por primera vez, feliz jugando al fútbol. Como en el patio de un colegio. Y fue divertido ese tiempo de recreo, y dió esperanza entre las clases de geometría con las que llegó el Marsella bien preparado.

Y aunque volvió a brillar Cristiano Ronaldo, pude disfrutar con Benzema por primera vez, no sólo por la continuidad de su esfuerzo y de su concentración, sino sobre todo porque hubo un relámpago de limpieza mental, que le llevó a fijarse en un compañero en lugar de en la portería- Fue la asistencia del tercer gol, que el mereció haber anotado.

Y pude también recordar un gesto, porque cuando a uno le gusta el fútbol guarda también en la memoria un archivo de brevedades. Fue con el pase de Pepe en el primer gol cuando fuimos tantos los que recordamos aquellos balones en largo de Fernando Hierro que iban abriendo bocas a su paso por el cielo.

Y me encendí el cigarro de después con una sonrisa y una pregunta ¿Qué ocurrirá cuando sea el Real Madrid el primero en encajar un gol en un partido?


Posteado mientras escuchaba "one of these mornings" by Moby

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