11 noviembre 2009

05:07 a.m.

Probé suerte de nuevo. Nada. Perdida la cuenta de los intentos, volvimos a caminar. Sólo hay una cosa que lleve peor que quedarme sin tabaco y es quedarme sin fuego, dije. Sonrió.

Pensé: cada ciudad tiene su minuto, su hora de la verdad. Aquí faltan quince segundos. En catorce se fundirá la bombilla de un pasillo, en trece estallará una risa, en doce el esperado sms llegará a un móvil, en once caerá la última hoja de un árbol, en diez se abrirá la puerta del taxi, nueve y parpadeará una farola, ocho y una nevera cambiará de ruido, siete y suenan unas llaves, seis y una moto acelera, cuatro y enmudece un intermitente, tres y naufraga el hielo en un gin-tonic, dos y se acaban las pilas de una radio. Uno, cambian en todos los barrios, todos los semáforos. Enciendo el mechero, a la primera. Primera calada.

¿Cómo estás? -pregunto-

Mejor de lo que estaré en unas semanas -responde-

Pero no estarás sólo, somos amigos.



Canción de Maria Taylor, "A good start"

3 Comments:

Blogger Carlao Delgado said...

A esa hora el hombre cobra vida, y el mundo paga con bocinas de camión y humo de fábricas.

Me encanta el blog. Te dejo una canción que habla de lo mismo, el momento en que nos damos cuenta de que la ciudad duerme y somos los únicos con una mano al hombro, un abrazo

http://www.youtube.com/watch?v=7FR0FOQxiH8

3:24 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

y él lo sabe, lo sabe bien

7:34 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me fascina leer lo que escribes [...]

3:50 a. m.  

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