la vida entera
"Cuando hace años la observaba así, con esa mirada, se abría ante él, se mostraba transparente para que pudiera verla hasta en lo más profundo de su ser. A nadie, excepto a él, le permitía que la mirara así [...]
Pero a él se le entregaba -qué horrible palabra esa, entregarse- se le entregaba siempre, toda ella, prácticamente desde el momento en que lo conoció [...]
Sabía comprenderla, era el único que podía llegar a conocerla de verdad y fertilizarla con la mirada, con su mera existencia, hasta el extremo de que sin él ella no existía, no tenía verdadera vida sin él, y por eso era toda suya [...]
Así es como era cuando tenía 16 años, y 19 y 22, pero en este momento aparta con un gesto firme su mirada de él como si temiera que de pronto le vaya a hacer daño, que la castigue por algo, que se vengue de ella. O Quizá porque teme que él vaya a descubrir que ahí ya no hay nada, que aquella Ora suya se ha secado..."
Palabras de David Grossman en "La vida entera"
Etiquetas: David Grossman
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