12 julio 2010

No bastaba con la victoria


Que el tiempo nos dé la oportunidad de contarle a nuestros nietos, que hubo un equipo al que la victoria no le resultaba suficiente.

Si hoy somos así felices, no es por lo que reflejó el marcador, sino por lo que vimos sobre el cesped.

Mantener la fidelidad a uno mismo, al estilo propio, en las circunstancias más exigentes, incluso cuando el adversario recurre a la violencia, llevó a todo nuestro país a compartir el grito más grande nuestra historia. Sólo tres letras para 45 millones de mujeres y hombres: gol. Saltamos hasta tocar el cielo.

Claro que la vida es más complicada que aquellos 120 minutos, y que las reglas son más complejas que las de un juego. Pero tenemos algo real a lo que agarrarnos. No es un trofeo, somos nosotros.