05 noviembre 2010

heroísmo sostenible

El relato del héroe funciona. Es una buena herramienta -también en comunicación política,- pero tiene fecha de caducidad. Sirve para unir, sirve para motivar, para dar coherencia y continuidad a la historia; sin embargo, ha de manejarse con cuidado.

Primero porque puede degenerar en el mesianismo. Las palabras también pueden ensordecer el debate democrático.

Y segundo porque la propia lógica del relato puede acabar devorando al personaje. Emocional y narrativamente, cada nuevo capítulo en la historia ha de tener una escala mayor que el anterior. Por eso es tan importante guionizar con prudencia los tiempos. Y eso no es fácil en estos tiempos de mensajes marcados por tanta prisa y tanta urgencia.

No conozco un modo más sostenible de contar la tarea del héroe que tener paciencia en la escritura, mientras se confia más en la inteligencia del ciudadano, que en la fácil posibilidad de emocionar fugazmente al público.