26 febrero 2011

flores

Ha pasado tiempo desde que Radiohead dejó de hacer discos. Lo suyo ya son las premoniciones. Pasó con el anterior album -"In rainbows"-, y está ocurriendo con el último -"The king of limbs". Dos trabajos que seguirán siendo de vanguardia dentro de 20 años. Dos galaxias de un mismo universo creativo. Coherente búsqueda envolvente.

"Lotus flower", el primer single, se eleva con la misma limpieza en un after que entre dos copas de vino. Fantástica letra, tan onírica, tan irreal, como cualquier viaje en el metro (subtítulos incluidos en el video de este post).

Normalmente, escucho los discos de segmento en segmento, salto de una canción a otra sin haberla oido ninguna del todo. Esta vez, es diferente. "The kings of limbs" es un cd que tiene que abrirse poco a poco. Para que no se pierda, para que no marchite, ni un solo latido.

24 febrero 2011

continuidad


"En 1959, Florence Green pasaba de vez en cuando alguna noche en la que no estaba segura de si había dormido o no. Se debía a la preocupación que tenía sobre si comprar Old House, una peequeña propiedad con su propio cobertizo en primera línea de playa, para abrir la única librería de Hardborough. Probablemente era esa incertidumbre lo que la mantenía despierta".

Así es como empieza "La Librería", la delicada, limpia y contundente novela de Penelope Fitzgeral. Palabras contadas como en un murmullo, sin aristas, hasta culminar en una frase final que te deja mirando el techo y hace difícil cerrar el libro.

Algo tienen las historias de quien persigue su sueño, con independencia de su escala. Es probable que nos conecten con la amenazada continuidad de nuestras vidas. Los cambios son muchos y son profundos. Nosotros mismos somos diferentes de un minuto al siguiente. No siempre puede concluirse que tras una cosa vaya la otra, se nos fragmentan los días, las emociones y las ideas. Identidades.

Pero tener un sueño, sentir la intensidad, el sentido de un propósito, ayuda a hacer pie, a apretar los dientes, a tratar de seguir avanzando. A no claudicar frente a lo absurdo.

Sharon Jones, en otro arte, transmite algo parecido. Orilla contraria, ásperos los matices.

21 febrero 2011

el don y la mordaza

Yo insisto pero nada. Nadie me cree. Y mira que se lo he dicho a gente. En mi vida anterior fui mujer y cantaba jazz, negra en Nueva Orleans y tal. El sobrepeso, la noche y las costuras en el corazón, me impidieron alcanzar el estrellato, aunque hubo varias noches en las que toqué el cielo con la punta de los dedos.

De todas formas, poco importa. Ya no tengo el dón. Y todo lo que puedo hacer es escuchar y escuchar. Por no cantar, ni en la ducha. Como mucho, mover la boca si voy en el metro y la canción lo merece.

Si pudiera, si yo pudiera retomar todo aquello, si fuera posible... haría algo parecido a esto -quizá un pelín más electrónico-, y todo lo demás me daría igual.