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Algo pasa, podría verlo cualquiera, cualquier buen observador o quienquiera que, como yo, tenga la suerte de revisar los fotogramas sueltos de la secuencia; las fotografías más recientes.
Mira, está pasando, esta es de hace dos o tres semanas, en el parque y fíjate en el dibujo de su ceja, en todo lo que tiene de sospecha, de planteamiento de problema, de pregunta de largo recorrido. Dale al zoom ¿Ves?
Ahora esta otra, la siguiente; era por la mañana, muy temprano, y sin embargo el gesto enérgico y tenaz impreso en su la boca, los labios tan apretados, la búsqueda de conexión, la persecución de un sentido.
Y va a más, cada vez a más, todos los días; fíjate, da igual la hora o el lugar, deben ser más de 100 las fotografías y esincreíble: no hay excepción. En cada imagen su mirada reflejando el procesar del pensamiento, el esfuerzo para configurar la fórmula y desvelar el misterio. La intensidad.
No tardará en hacerlo.
Diego, que tiene dos años, está muy cerca de conquistar la respuesta, de comprender qué es lo que ocurre cuando estamos jugando, o paseando, o columpiándonos, o bañándonos, o leyendo, o bailando, o señalando aquel avión en el cielo, o gritando autobús cada vez que uno pasa, y de golpe voy y paro, y cojo la cámara y click para congelar nuestra brizna de tiempo y abrir la posibilidad de volver al momento, dentro de poco o de mucho tiempo, juntos o por separado, que también será otra manera de juntarnos.
Estremece verle crecer, sentir como su mente se va extendiendo con estas cosas, como aprende a deducir con la lógica que compartimos todos, y como sabe ir desplegando su propio pensamiento mágico, su imaginación ante el enigma y su creatividad ante cada expresión que ofrece la vida.
Bailemos, hijo, bailemos. Claro que sí.
1 Comments:
Hacía siglos que no te leo. Siempre es así, la gente que va y viene, y que sin embargo siempre está. Cuántos han pasado ¿diez años o más?. La gente que va y viene se confunde con el tiempo. Parece que fue ayer desde que no te leo, la gente que va y viene, y se queda al final.
Es por eso que debo decirte, amigo, que, como el buen vino, mejoras con el tiempo, que mejoras con la gente que te quiere, con la gente a la que más quieres. Enhorabuena y besos a ellos también. Eva
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