rajoy está desnudo

Llevo varios días paralizado ante esta imagen, buscando la manera de describir cómo me siento al verla. Finalmente, he encontrado las palabras que necesitaba en un cuento de cuando éramos niños, creo que se titula "el traje nuevo del emperador". Si, si, ese cuento en el que el emperador recibe a un modisto que dice ser capaz de hacer un traje deslumbrante que sólo seran capaces de ver los subditos leales.

El emperador se pone el traje que no existe, sale a desfilar entre los vítores y los aplausos de los suyos, hasta que llega un momento en el que un crío grita que está desnudo.

Es eso, Rajoy está desnudo en la fotografía, quiere llevar un traje de hombre de estado, de servidor de la democracia, pero fue elegido a dedo, perdió unas elecciones, fue derrotado en las europeas, en las vascas, en las gallegas, en las catalanas, en el debate sobre el Plan Ibarretxe, en el del Estatuto de Cataluña, en todos los de terrorismo, en todos los debates sobre el estado de la Nación. No es un hombre de Estado, es un nacionalista al que la verdadera España le viene grande.

En tres años Mariano Rajoy ha sido capaz de consolidarse como el líder de la oposición que menos ha hecho por la paz en la historia de nuestra democracia, el que menos ha hecho por la democracia, por la convivencia, por la igualdad entre hombres y mujeres, por los derechos de los homosexuales, por las personas que sufren algún tipo de dependencia, por los estudiantes, por las personas mayores. Sólo ha sido capaz de acumular una derrota tras otra. Es un perdedor que no sabe perder.

Quienes más le encumbran hoy, serán los primeros en enterrarle políticamente dentro de unos meses. Lo harán cuando ni siquiera tenga tiempo de quejarse, cuando ni siquiera haya tenido la oportunidad de vestirse.