19 agosto 2007

contraventanas


Dos o tres noches por verano me despierto con la sensacion de que ya no dormire mas, en el reloj las cuatro y diez. Cambiar de postura. Nada. Volver a cambiar. Nada. Las cuatro y media.

Anoche hubo mas. Incorporarse, levantarse, buscar un cigarro y despues el mechero y luego el ipod. Descalzo. Se esta mas acostumbrado a tirar del mundo hacia uno, que a abrirse hacia la inmensidad. El cambio de sentido es inevitable si hay contraventanas porque con el frio en la piel uno se acerca el primer arbol, enorme, y luego todos los demas, por decenas, cientos, miles...

Activar por vez primera la memoria inversa, dejar que el tiempo busque y no al reves. Unas horas antes, Cannes, la playa, un helado de limon... pero 1979 es mas real. Sin duda.

Las encinas castellanas y el sol, avanzar sobre el el burro que tenia mi tio-abuelo, jornalero sin rocinante. Se que volvere a ese campo, se que algun dia terminara este destierrro, descansare a la sombra de los chopos. No sera pronto, pero se tambien que cuando regrese sera sin billete de ida y vuelta

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