21 agosto 2007

presencias

Hubo un tiempo en que Cortazar, el escritor de Paris y Buenos Aires, se acercaba diariamente a la plaza de este minusculo y remoto pueblo, Saignon. Como ayer, en verano. Como ayer, cafe con leche. Como ayer, la presencia de lo fantastico mas alla del ruido y la palabra, mas aca del sonido y tiempo, entre lo aereo y acuatico.

De todos los misterios, el tiempo. No el ritmo sino el tiempo. Vivir y envejecer, erosionarse, marchitarse. Aunque la vida y el crecimiento, se puede sembrar la busqueda hasta en la contemplacion. Como tu elijas, pero elige.

Tengo unas ganas terribles de comer salmon, me voy a Oslo. Ya hablaremos.

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