matar es morir

El asesino en serie de Virginia envió material multimedia a una cadena televisiva norteamericana antes de cometer los crímenes. Es probable que con esto logre lo que proponía, una etiqueta, un sello, un pequeño lugar en el museo de los horrores. Lo conseguirá si se abre un falso debate, si comienza a hablarse de “asesino mediático”, de “asesino en red” o alguna otra barbaridad parecida.

Sería triste que fuese así, que su desequilibrio, su necesidad de llamar la atención haga sombra a las vidas que quebró y al dolor de los familiares de las víctimas. En mi opinión, la mejor muestra de respeto, el mejor ejercicio de responsabilidad, consiste en no poner ni un video, ni una fotografía. Es más, creo que ni siquiera debemos mencionar el nombre del criminal.

Quizá sea más útil poner el foco en la reacción de los estudiantes de esa universidad, creo que es allí -y no en la violencia- donde podremos aprender algo para el futuro.

Por ejemplo, la creación de “i am ok” -que surgió a las pocas horas de los sucesos-, y que sin duda ha sido la mejor manera de que todos los amigos y familiares de los estudiantes de ese campus pudiesen desterrar su miedo rápidamente a través de la red. Esta iniciativa se desarrolló en Facebook la principal red social de la universidad, aunque también se han llevado a cabo otras acciones en myspace y livejournal. Incluso techsideline.com una web para aficionados al deporte se ha transformado en un espacio de comunicación que está siendo muy útil para conectar a la gente porque la saturación en las líneas telefónicas ha sido constante.

No es la tecnología lo que nos hace avanzar o retroceder es el uso que hacemos de ella, son los valores que tenemos y debemos compartir.