26 junio 2008

The Story Of The Impossible


Tengo ganas de escribir, muchas. Ganas de escribir sobre la intimidad, por ejemplo. Pero también hay curro. La música siempre ayuda, siempre inspira. Como esta canción: "The Story Of The Impossible" de Peter Von Poehl. El medio minuto final es un buen antídoto frente al mal humor.

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23 junio 2008

la victoria del optimismo

En las situaciones decisivas, uno no se enfrenta únicamente a su adversario sino también ante si mismo. El miedo, las dudas, también juegan y la selección italiana de fútbol lo sabe. Su fortaleza radica en saber aprovechar la debilidad del oponente, en esperar pacientemente un error, un resquicio de temblor bastará para derrumbarte, a eso juegan. Por eso es un rival único. Por eso la victoria de anoche, es la mejor victoria posible.

Nada, nadie, puede enseñarte a sufrir. Pero en la adversidad, en la exigencia, puedes aprender a resistir, a no renunciar a ser tu mismo. Vivir con la esperanza viva, confiar en lo que eres. El hondo significado del optimismo, su poder y su potencia: no traicionarse, no claudicar, perseverar hasta ganar. No es por tí, es por los demás.
Fotograma de Karate Kid.
Escrito mientras escuchaba "Fix you" de Coldplay.

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18 junio 2008

sin sangre

"Y en todos estos años usted se ha preguntado mil veces por qué entró en aquella guerra, y durante todo el tiempo se fue dándole vueltas en la cabeza a lo de su mundo mejor, para no pensar en el día en que le trajeron los ojos de su padre, y para no seguir viendo a todos los muertos asesinados que entonces, como ahora, pueblan su memoria como un recuerdo intolerable, que es la única, la verdadera razón por la que usted no tenía otra cosa en la cabeza, vengarse, ahora tendría que se capaz de pronunciar esa palabra, venganza usted mataba por venganza, todos matabais por venganza, no hay que avergonzarse de ello, es la única medicina que existe contra el dolor, lo único que se ha encontrado para no volverse loco, es la droga con la que nos hacen capaces de luchar, pero vosotros ya no os liberasteis, os abrasó la vida entera, os la llenó de fantasmas, para sobrevivir a cuaro años de guerra os abreasasteis la vida entera, ahora ni siquiera sabéis..."

Palabras de Alessandro Baricco en "Sin sangre".
Fotograma: "Blow up", de Antonioni.
Escrito mientras escuchaba "Overcome" de Tricky.

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17 junio 2008

revelados y rebeladas

Charlaba ayer con una amiga sobre la serie de escándalos selectivos que generaron las declaraciones de la Ministra de Igualdad durante la semana pasada. Dedicamos menos tiempo a debatir sobre las palabras que sobre la secuencia. Una secuencia anunciada. Era previsible que la caverna reaccionase, la causa podría haber sido cualquiera, pero no podían dejar pasar más tiempo. No han reparado en medios, pero bajo toda esa capa de ironía, de soberbia, lo único que se revela es un miedo irreparable. El miedo del machito, el más despreciable. El aliento de la dominación, el que despierta la rebeldía.

Lo he visto muchas veces... he visto ese miedo en la cara de los novios de mis amigas que triunfaban, que ganaban más dinero que ellos, que sacaban mejores notas, que eran más cultas, más intelegientes, más maduras... he escuchado su miedo cuando ellas hablaban y ellos interrumpían... Necesitan trivializar, ridiculizar. Imponerse. Alargar una batalla que tienen perdida. La lucha por la igualdad.

Fotograma "Blow up" de Anotnioni
Escrito mientras escuchaba "Give me one reasson" de Tracy Chapman

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16 junio 2008

política genital

Berlusconi ha puesto 2500 soldados a disposición del Ministerio del Interior. No, no son para luchar contra la mafia, sino para que patrullen por las calles. Yo no se como van las cosas por allí ahora mismo, pero no hace demasiado tiempo que viajé a Italia y no volví pensando que aquello era la jungla.

Tras el revuelo de estos días llegarán los resultados, es cuestión de tiempo. No mejorará la seguridad, sólo se habrá debilitado la democracia. Nadie verá tanques persiguiendo a los carteristas, pero se extenderá la sensación de que el Estado no fnciona. Es lo que tiene combinar los frutos de los neocon con las raíces del fascismo. Quienes elaboran sus recetas con ellos, saben que necesitan la crisis para pervivir: donde no existe la cocinan, donde existe la alimentan. Después, ya es tiempo de huevos, de los suyos, evidentemente.

Pero de los momentos difíciles no se superan ni militarizando las calles, ni criminalizando a las personas migrantes como ha intentado hacer Belusconi. La adversidad se supera con valor y serenidad, no con testosterona. Lo acertado, lo valiente, es amplificar la empatía, la responsabilidad, la protección; es no recortar derechos sociales, no disminuir las prestaciones sociales. Es España, no Italia.

Fotograma "Blow up" de Anotnioni
Escrito mientras escuchaba "Destiny" de zero7

12 junio 2008

Lakoff, political mind

Traducción de los primeros párrafos del nuevo libro de George Lakoff, "The political mind":

"Los conservadores radicales están luchando en una guerra cultural. El campo de batalla es el cerebro. Lo que está en juego es América. Su objetivo es cambiar radicalmente América adaptándola a la visión moral conservadora. La amenaza es a la democracia y a todo lo que conlleva.

No sólo aquí, sino en todas las áreas de influencia de nuestro país.

Los valores americanos son fundamentalmente progresistas, centrados en la igualdad, los derechos humanos, la responsabilidad social, y la inclusión de todos y de todas. Los progresistas están dando, sin saber porqué, una enorme ventaja a los conservadores en esta guerra cultural.

Los conservadores radicales ya han empezado a introducir: una jerarquía autoritaria basada en el control y la concentración de la riqueza; el orden basado en el miedo, la intimidación y la obediencia; un Gobierno roto; no respeto del equilibrio en el poder; el traslado de prioridades del sector público a las corporaciones y el sector militar; la responsabilidad trasladada de la sociedad al individuo; el control de las elecciones controlando quién vota y cómo vota; el control de las ideas a través de los medios de comunicación; y la proyección de los valores patriarcales a la religión, la política y el mercado.

El futuro de la democracia está en juego, ahora.

El cambio social es material (quién controla la riqueza), institucional (quién ejerce el poder en las instituciones), y político (quién gana las elecciones). Pero el campo de batalla principal de esta guerra cultural es el cerebro, especialmente el funcionamiento no consciente del cerebro".
Fotograma de "Blow up" de Antonioni
Escrito mientras escuchaba "Karma police" de Radiohead

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tendencias

La última encuesta elaborada por la CNN otorga una intención de voto del 49% a Obama y del 46% a Mccain. A varios meses del día de las elecciones presidenciales norteamericanas -se celebrarán el 4 de noviembre-, esta ligera ventaja tiene el valor de un empate técnico.

Pese a que, al menos a estas alturas, no creo que la red pueda influir decisivamente en los resultados electorales, si que veo más utilidad en las siguientes cifras que ofrece el Washington Post. La red marca tendencias, especialmente las redes sociales virtuales:


Myspace: Obama 390,279 amigos / McCain 53,259.


Facebook: Obama 928,905 / McCain 139,749.


Youtube: Obama's channel 1,102 videos y 51.1 millones de visitas / McCain's channel 219 videos, 4 millones de visitas.


El artículo, que pertenece a una serie que recibe el nombre de "clickocracia", culmina abordando el modo en que los ciudadanos de uno y otro bando elaboran videos contra el candidato que les desagrada, aconsejando cruzar en youtube "Obama" y "Wright", así como echar un vistazo a BraveNewFilms, un canal de youtube que a mi me parece verdaderamente pionero, merece la pena dedicarle tiempo.



Fotograma de "Blow up" de Anotnioni
Escrito mientras escuchaba "Wires" de Athlete.


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11 junio 2008

una narrativa personal


No coincido con quienes consideran que Hillary perdió frente a Obama por ser mujer. Tampoco con quienes consideran que las mujeres blancas castigarán a Obama por ser un hombre negro. No veo la las cosas en términos tan rígidos. Coincido con este artículo que escribió Anne Greenberg para el Huffington Post, se titula "Mujeres blancas enfadadas" y es lo primero que leo de ella:

"Desde que comenzó a especularse con que Hillary Clinton iba a retirarse de la carrera para la nominación demócrata a presidente, se ha enfocado, principalmente, a las mujeres blancas "enfadadas" que se están resistiendo a apoyar a Barack Obama. Algunos sugieren incluso que John McCain podría llegar atraer a las seguidoras de Clinton.

El problema con este argumento es que es erróneo en gran parte, e ignora la historia y no consigue entender el desafío real que tiene ante sí Obama con las electoras. No hay duda de que haya seguidores de Clinton a quienes les cuesta contemplar la idea de dar su apoyo a Obama pero la mayoría de entre ellas son electoras demócratas progresistas altamente comprometidas; es difícil de imaginar que acabarán apoyando a McCain, que tiene un largo historial profesional de misoginia.

De hecho, Obama está teniendo más éxito que John Kerry con las electoras; Kerry tenía una ventaja de 3 puntos y según las encuestas de Democracy Corps Research, Obama tiene actualmente una ventaja de 6 puntos. La mejora de Obama sobre el resultado de Kerry se debe al apoyo de las mujeres jóvenes universitarias – las más progresistas de todo el electorado-.

La lucha real de Obama son las electoras blancas trabajadoras – el mismo grupo que fue problemático para Kerry. Actualmente, Obama tiene 19 puntos menos que McCain entre las mujeres blancas sin educación universitaria – 37 a 46%; según Democracy Coros-. Kerry perdió por estas mujeres y por este mismo margen: 40 a 50%.

Algunos argumentan que Clinton solucionó este problema por su actuación con las mujeres blancas más mayores del Partido Demócrata. Pero no sólo es un error extrapolar los resultados de las primeras a las elecciones generales, sino que Clinton perdería sin lugar a dudas contra McCain por las mujeres blancas sin educación universitaria, aunque fuera por un margen más estrecho.

La clave para llegar a las electoras tiene dos vertientes. Primero, Obama tiene que comunicar con ellas sobre quién es él, sobretodo cuáles son sus valores y su experiencia personal. Él y su familia tienen más en común con estas mujeres de lo que saben. Segundo, tiene que hablar de sus inquietudes económicas reales.

Como subrayé en Perspectivas Americanas en 2004, Kerry tenía ventaja sobre George Bush con las mujeres blancas mayores cuando su campaña versaba sobre cobertura sanitaria, pensiones y otras cuestiones económicas nacionales. Pero cuando dejó que la campaña entrase en el terreno de Irak o de la seguridad, en detrimento de su mensaje económico, perdió terreno. La situación económica es aun más delicada para estas mujeres hoy, con la subida del precio del crudo exacerbando su situación económica.

John McCain tiene un historial de oponerse a las mismas políticas que ayudarían a las mujeres – entre otras, oponerse a la igualdad de remuneración y el incremento del salario mínimo – y apoyar las políticas que no son atractivas a estas electoras, como la reducción fiscal para los ricos y programas de privatización de la asistencia sanitaria y la Seguridad Social.

McCain no va a ganar el apoyo de las mujeres que apoyaron a Clinton en las primarias y Obama puede sin lugar a dudas mejorar sus posibilidades de ganar a McCain en las elecciones generales, si encuentra caminos hacia las mujeres blancas trabajadoras sin educación universitaria. Lo puede conseguir ofreciendo una narrativa personal que refleje los valores compartidos y orígenes familiares, muy alejados del elitista que dicen que es, y elaborando un mensaje económico que pone de relieve las propuestas específicas para reducir las presiones financieras cotidianas de las mujeres blancas de clase trabajadora".
Fotograma de Manhattan , de W. Allen.
Escrito mientras escuchaba "Femme fossile" de Pauline Croze.

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telaraña en la pupila

"La vida [...] es un largo embrutecimiento [...] La costumbre nos teje, diariamente, una telaraña en las pupilas. Poco a poco nos aprisiona la sintaxis y el diccionario [...] Por eso [...] nunca me cansaré de repetirte que no debes renunciar ni a tu derecho a renunciar".

Encontré esas palabras en un libro que fue un regalo el pasado sábado, gracias. Que verdad es que la costumbre nos va tejiendo diariamente una telaraña en las pupilas, que descubrimos la lenta pérdida de brillo, la huella de niebla en las miradas ancianas... hay que estar alerta... si no renuncias.... incluso en el dolor la risa, y el cariño, y la ternura, y la complicidad, y el amigo en la terraza de la creperie que sabe que sufres pero no sabe que decirte... si no renuncias... la amiga que llega tarde porque quería traer algo, y las ideas, los sueños y un café con leche... si no renuncias... fíjate... aquel paraguas naranja que viene calle arriba es un sol que anuncia tiempo nuevo...
Las palabras del libro "20 poemas para leer en un tranvía" son de Oliverio Girondo
Fotograma "Farenheit 451" de Truffaut
Escrito mientras escuchaba "1979" los Smashing Pumpkins

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05 junio 2008

un país que se llamaba América

Hace unos días, el 28 de mayo, Chris Hedges pronunció un discurso en la Universidad de Furman como parte de las acciones de propuesta emprendidas por sus alumnos y profesores, con motivo de la invitación que curso el Rectorado a Bush para la Cremonia de graducación.

En las palabras de Chris Hedges, alguien que yo no conocía pero que por lo que he visto es un periodista de primera línea, Premio Pultizer, hubo espacio para veladas críticas a los Clinton y para duras (merecidas) acusaciones a los neoconservadores. Con todo, lo mejor de sus palabras, es otra cosa, es la capacidad de reflejar los mejores valores de los Estados Unidos en particular, y de toda la democracia general, de una manera auténticamente patriótica, nada nacionalista. Son esas partes las que he seleccionado para este post:

"Yo vivía en un país que se llamaba América. No era un país perfecto, sobretodo si eras un afroamericano o un americano nativo, o un descendiente japonés durante la Segunda Guerra Mundial, o pobre, o homosexual, o una mujer, o un inmigrante; pero era un país que quería y honraba. Aquel país me daba esperanza. Pagaba a sus trabajadores sueldos que eran la envidia de todo el mundo. Aseguraba que aquellos trabajadores, por los sindicatos y los defensores de la clase trabajadora en los medios de comunicación y en el Partido Demócrata, tenían protección social y pensiones. Ofrecía una buena educación pública. Honraba los valores democráticos básicos y tenía en estima el estado de derecho, incluyendo la legalidad internacional y el respeto de los derechos humanos. Tenía programas sociales para los niños y los parados y la seguridad social para cuidar de los más débiles de entre nosotros, los enfermos mentales, los mayores y los indigentes. Tenía un sistema de gobierno que, por muy defectuoso que fuese, se dedicaba a proteger los intereses de sus ciudadanos. Ofrecía la posibilidad de un cambio democrático. Tenía medios de comunicación diversos e íntegros para dar voz a todos los segmentos de la sociedad, incluyendo a los más allá de nuestras fronteras, para comunicarnos las verdades desagradables, para desafiar a los poderosos, para explicarnos a nosotros mismos.

No soy ciego a las imperfecciones de aquella América, o los fracasos para lograr sus ideales dentro y fuera de casa. Pasé 20 años de mi vida en América Latina, África, Oriente Próximo y en los Balcanes como corresponsal, informando en países donde se cometían crímenes e injusticias en nuestro nombre: durante la guerra de los contras en Nicaragua o el maltrato de los palestinos por las fuerzas de ocupación de Israel. Pero había mucho que era bueno, decente y honorable en nuestro país. Y había esperanza.
El país en el que vivo ahora utiliza esa mismas palabras para describirse, los mismos símbolos e iconografía patrióticos, los mismos mitos nacionales pero sólo queda la cáscara. América, el país de mi nacimiento, el país que me formó y me modeló, el país de mi padre, del padre de mi padre y de su padre también, extendiéndose hasta las generaciones de mi familia que estuvieron aquí para la fundación del país, está tan disminuido que casi no se le puede reconocer. No sé si esta América volverá, pero rezo y trabajo para su vuelta.

El "consentimiento de los gobernados" se ha convertido en una frase vacía. Nuestros libros de texto sobre las ciencias políticas son obsoletos. Nuestro estado, nuestra nación, ha sido raptada por oligarcas, empresas y una elite política estrecha de miras y egoísta; un pequeño grupo de privilegiados que gobierna en nombre de unos intereses adinerados. Estamos experimentado, como lo escribió John Ralston Saul "un golpe de estado a cámara lenta". Nos están empobreciendo - legal, económica, espiritual y políticamente -. Y a menos que invertamos esta tendencia, a menos que arrebatemos el Estado de las manos de las corporaciones, seremos aspirados por el mundo oscuro y turbulento de la globalización donde sólo hay amos y siervos; donde el sueño americano no es más que eso, un sueño; donde los que trabajan duro para ganarse la vida ya no pueden ganar un sueldo decente para mantenerse a sí mismos y a sus familias, en las fábricas de China o en el Cinturón del Óxido de Ohio; donde la disconformidad democrática está condenada como una traición y se silencia sin piedad. […]

¿Cómo hemos llegado tan lejos? ¿Cómo ocurrió? En una palabra: desregulación, el desmantelamiento sistemático del capitalismo ordenado, que era la marca del estado democrático americano.

Nuestro declive político ocurrió por culpa de la desregulación, la revocación de las leyes antritust y la transformación radical de la economía manufacturera en una economía de capital. Este entendimiento llevó a Franklin Delano Roosevelt, el 29 de abril de 1938 a enviar un mensaje al Congreso, titulado "Recomendaciones al Congreso para Contener los Monopolios y la Concentración del Poder Económico".

Escribió: "La primera verdad es que la libertad de la democracia no está a salvo si la gente tolera el crecimiento de un poder hasta que esté más fuerte que el estado democrático mismo. Esto, en su esencia, es fascismo: que un individuo, un grupo u otro poder privado controle y tenga en propiedad el gobierno. La segunda verdad es que la libertad de una democracia no está a salvo si su sistema de negocios no brinda empleo, ni produce ni distribuye los bienes de tal manera que sostenga un nivel de vida aceptable". […]

La clase trabajadora tiene todo el derecho de estar, para robarle la expresión a Obama, amargada con las elites liberales. Yo estoy amargado. […]

Los seres humanos no son productos. No son bienes. Se afligen y sufren y se desesperan. Crían a hijos y luchan para mantener a las comunidades. La división creciente entre clases no se puede entender, a pesar de la insinceridad de muchos medios de comunicación, con complicadas series de estadísticas o con la absurda y utópica fe en la globalización irregulada y acuerdos comerciales complicados. Se entiende en la mirada de un hombre o de una mujer que ya no gana bastante dinero para vivir con dignidad y esperanza. […]

Un mundo basado en reglas es importante. La creación de organismos y leyes internacionales, la santidad de nuestros derechos constitucionales, nos han permitido ser un estado preeminente – cuya mejor vertiente busca respetar y defender el estado de derecho. Si destruimos los frágiles y delicados órdenes nacional e internacional; si permitimos que George Bush cree un mundo donde la diplomacia, la cooperación, la democracia y la legalidad son inútiles; si permitimos que estas salvaguardas internacionales y domésticas se vengan abajo, nuestra autoridad moral y política se desplomará. Erosionaremos la posibilidad de cooperación entre naciones-estados, incluyendo nuestros aliados más cercanos. Perderemos nuestro país. […]

Si no entendemos el veneno de la guerra - si no entendemos a qué punto este veneno es mortal – nos puede matar igual que la enfermedad.

La esperanza, escribió San Agustín, tiene dos hermosas hijas. Son la ira y la valentía. La ira ante el estado de las cosas y la valentía, para cambiarlas. Estamos al borde de una gran dislocación económica, una que precipitará a millones de familias fuera de sus hogares a una aflicción financiera severa, una que amenaza con desgarrar el tejido de nuestra sociedad. Estamos luchando en una batalla que devora vidas y capital, que no se puede ganar en el fondo. Nos dicen que tenemos que renunciar a nuestros derechos para estar a salvo, para que nos protejan. En resumen, nos meten miedo. Nos dicen que renunciemos a todo lo mejor de nuestra nación a los de la calaña de George Bush y Dick Cheney, que quieren destruir nuestra nación.

Un estado de terror sólo engendra la crueldad – la crueldad, el miedo, la demencia y luego la parálisis. En el centro del círculo de Dante, los damnificados permanecen inmóviles. Si no nos llena la ira, si no logramos producir valentía, incluso militancia, para desafiar a quienes en el Partidos Demócrata y en el Partido Republicano que nos llevan hacia el estado corporativo, habremos malgastado la valentía y la integridad que más necesitamos".
Fotograma de "All the president's men", dirigida por Alan J. Pakula.
Escrito mientras escuchaba American Pie de Don Mclean


04 junio 2008

obama, viva la vida


Hay días que empiezan bien. Despierto, pongo el café en el micro, miro el móvil, 7 mensajes: "Obama ha ganado!", todos de amigas y amigos que llevan escuchándome hablar del Candidato demócrata a la Casa Blanca desde febrero de 2007. Primer sorbo, miro mi gmail y "Violet hill" el single del album "Viva la vida" de Coldplay.

A continuación, la traducción íntegra del discurso de Obama de anoche. Yo que tú daría al play del videoo y empezaría a leer:

"Hoy, después de cincuenta y cuatro contiendas duramente libradas, nuestra serie de primarias llega a su fin.

Dieciséis meses han pasado desde que estuvimos juntos en las marchas del Old State Capitol en Springfield, Illinois. Hemos recorrido centenares de millas. Hemos oído a millones de voces. Y por lo que dijisteis; porque decidisteis que el cambio tiene que llegar a Washington; porque creísteis que este año tiene que ser distinto de todos los demás; porque elegisteis no escuchar a vuestras dudas ni vuestros temores, sino vuestras más grandes esperanzas y vuestras más altas aspiraciones, esta noche marcamos el fin de nuestro viaje histórico con el inicio de otro, un viaje que nos llevará hacia un día nuevo y mejor para América. Esta noche, vengo ante vosotros y os digo que seré el demócrata nominado para Presidente de los Estados Unidos de América.

Quisiera dar las gracias a cada americano que se unió a nosotros en el transcurso de esta campaña, en los buenos días y en los malos; de las nieves de Cedars Rapids al sol de Sioux Falls. Y esta noche quisiera agradecer a los hombres y a las mujeres que emprendieron este viaje conmigo como co-candidatos a Presidente.

En este momento determinante para nuestra nación, tendríamos que estar orgullosos de que nuestro partido presentó a los candidatos más dotados y calificados de su historia para ser Presidente. No he competido con ellos sólo como rivales, he aprendido de ellos como amigos, como servidores públicos y como patriotas que aman América y están dispuestos a trabajar incansablemente para que este país esté mejor. Son líderes de este partido, líderes de los que América dependerá en los años venideros.

Esto es particularmente cierto de la candidato que más ha viajado en esta campaña. La Senadora Hillary Clinton ha hecho historia en esta campaña no sólo porque es una mujer que ha hecho lo que ninguna mujer ha hecho antes, sino porque es una líder que inspira a millones de americanos por su fuerza, su valentía y su compromiso con las causas que nos han reunido a todos hoy aquí esta noche.

Hemos tenido nuestras discrepancias en los últimos dieciséis meses. Pero como alguien que ha compartido el escenario con ella muchas veces, os puedo decir lo que hace que Hillary Clinton se levante por la mañana – aun en circunstancias adversas – y es exactamente lo mismo que impulsó a ella y a Bill Clinton en su primera campaña en Tejas hace tantos años; lo que la hizo ir a trabajar por el Fondo para la Defensa de los Niños y la hizo luchar por la cobertura sanitaria como Primera Dama; lo que la llevó al Senado de Estados Unidos y alimentó su innovadora campaña para la presidencia: un deseo sin límites de mejorar las vidas de los americanos normales, cuán difícil fuera la lucha. Y podéis estar seguros de que cuando por fin ganemos la batalla por la cobertura sanitaria universal en este país, ella estará al centro de esta victoria. Cuando transformemos la política energética y saquemos a nuestros hijos de la pobreza, será porque ella trabajó para que ocurriera. Nuestro partido y nuestro país están mejor gracias a ella ,y yo soy mejor candidato por haber tenido el honor de competir con Hillary Rodham Clinton.

Hay quienes dicen que estas primarias nos han dejado más débiles y más divididos. Pues yo os digo que gracias a estas primarias, hay millones de americanos que han votado por primera vez. Hay independientes y republicanos que entienden que estas elecciones no sólo tienen que ver con un cambio del partido a cargo de Washington, sino que tiene que ver con la necesidad de cambiar Washington. El más gran número de la historia, de jóvenes, y afroamericanos, y latinos, y mujeres de todas las edades ha votado y ha inspirado a una nación.

Todos vosotros decidisteis apoyar a un candidato en el que creíais profundamente. Pero al final, no somos la razón por la que vinisteis e hicisteis cola durante manzanas y manzanas para haceros oír. No lo hicisteis por mí ni por la Senadora Clinton, ni por nadie más. Lo hicisteis porque sabéis en vuestros corazones que en este momento – un momento que definirá a toda una generación – nos nos podemos permitir seguir haciendo lo que hemos estado haciendo.

Debemos a nuestros hijos un futuro mejor. Debemos a nuestro país un futuro mejor. Y a todos los que sueñan con este futuro hoy, os digo: empecemos el trabajo juntos. Unámonos en un esfuerzo común para diseñar un nuevo camino para América.

En unos meses escasos, el Partido Republicano llegará a St. Paul con un propósito distinto. Vendrán a nominar a John McCain, un hombre que ha servido a su país heroicamente. Respeto este servicio y respeto sus numerosos logros, aunque ha decidido negarme los míos. Mis discrepancias con él no son personales, son con las políticas que ha propuesto durante esta campaña.

Porque mientras John McCain puede presumir legítimamente de momentos de independencia de su partido en el pasado, tal independencia no ha sido la marca de su campaña presidencial.

No es el cambio cuando John McCain decidió apoyar a Bush 95% del tiempo, como hizo en el Senado el año pasado.

No es cambio cuando ofrece cuatro años de políticas económicas de Bush que han fracasado en crear empleos con buenos sueldos, o asegurar a los trabajadores, o ayudar a los americanos a pagar gastos universitarios disparatados; políticas que han rebajado el ingreso real de la familia americana media, ensanchando la brecha entre Wall Street y Main Street y que ha dejado a nuestros hijos una montaña de deudas.

No es cambio cuando promete seguir con una política en Irak, pidiéndolo todo a nuestros valientes hombres y mujeres en uniforme y nada a los políticos iraquíes; una política que sólo contempla quedarnos en Irak, mientras gastamos millones de dólares en una guerra que no está haciendo que el pueblo americano esté más seguro.

Y por ello diré lo siguiente: hay muchas palabras que describen al intento de John McCain de hacer pasar su abrazo a George Bush por políticas novedosas. Pero el cambio no formará parte de ellas.

El cambio es una política exterior que no empieza y acaba con una guerra que nunca hubiera tenido que ser autorizada ni librada. No voy a fingir que hay muchas buenas opciones para Irak pero no es una opción dejar a nuestras tropas en aquel país durante los cien próximos años, sobretodo en el momento en el que nuestro ejército está en el límite de sus capacidades; nuestra nación está aislada y se está ignorando todas las demás amenazas a América.

Tenemos que tener tanto cuidado saliendo de Irak como no lo tuvimos entrando; pero tenemos que empezar a salir. Ya es hora que los iraquíes asuman responsabilidad para su futuro. Ya es hora de reconstruir nuestras fuerzas de seguridad y dar a nuestros veteranos el cuidado que necesitan y los beneficios que se merecen cuando vuelvan a casa. Ya es hora de reenfocar nuestros esfuerzos en el liderazgo de Al Qaeda y Afganistán y unir al mundo en contra de las amenazas comunes del siglo XXI: el terrorismo, las armas nucleares, el cambio climático y la pobreza, el genocidio y la enfermedad. Eso es cambio.

El cambio es darse cuenta de que hacer frente a las amenazas de hoy requiere no sólo fuerza bruta, sino la fuerza de nuestra diplomacia. Una diplomacia dura y directa donde el Presidente de los Estados Unidos no tiene miedo a decir a un dictadorcillo cuál es su posición y qué defiende. Tenemos que reconquistar la valentía y la convicción para liderar un mundo libre. Este es el legado de Roosevelt, y de Truman, y de Kennedy. Eso es lo que quiere el pueblo americano. Eso es cambio.

El cambio es construir una economía que recompensa no sólo la riqueza, sino el trabajo y los trabajadores que lo han creado.

Es entender que las dificultades de las familias trabajadoras no se pueden resolver gastando millones de dólares en reducciones fiscales para las grandes empresas y los ricos directores generales, sino dando a la clase media una reducción fiscal e invirtiendo en nuestras cochambrosas infraestructuras y transformando cómo utilizamos la energía y mejorando nuestras escuelas y renovando nuestro compromiso con las ciencias y la innovación.


Es entender que la responsabilidad fiscal y la prosperidad compartida pueden ir de la mano, como hacían cuando Bill Clinton era Presidente.

John McCain ha pasado mucho tiempo hablando de sus viajes a Irak en las últimas semanas pero talvez si pasara un poco de tiempo haciendo viajes a las ciudades y pueblos que están sufriendo más de esta economía – ciudades en Michigan y Ohio, y aquí también en Minnesota – entendería el tipo de cambio que la gente está esperando.

Talvez si se fuera a Iowa y se reuniera con la estudiante que trabaja en el turno de noche después de un día de clase y sigue sin poder pagar las facturas médicas de su hermana que está enferma, entendería que no se puede permitir cuatro años más de un sistema sanitario que sólo cuida de los ricos. Necesita que aprobemos un plan de seguridad social que garantiza seguro médico a cada americano que lo quiere y rebaja los recargos a todas las familias que lo necesitan. Esto es cambio.

Talvez si fuera a Pennsylvania y se reuniera con el hombre que ha perdido su trabajo pero no puede pagar la gasolina para buscar otro trabajo, entendería que no nos podemos permitir cuatro años más de esta adicción a la gasolina de dictadores. Este hombre necesita que aprobemos una política energética que trabaja con los fabricantes de coches para incrementar el ahorro de gasolina, hacer que las corporaciones paguen su contaminación y que las empresas petrolíferas inviertan sus beneficios históricos en un futuro energético limpio – una política energética que crearía millones de nuevos empleos que pagan bien y no pueden ser subcontratados. Este es el cambio que necesitamos.

Y talvez si pasara algún tiempo en las escuelas de Carolina del Sur o en St. Paul o donde habló esta noche en Nueva Orleáns, entendería que no nos podemos permitir que no haya dinero para "Ningún Niño Dejado Atrás", que se lo debemos a nuestros hijos, invertir en la educación infantil; para reclutar a un ejército de nuevos maestros y darles un mejor sueldo y más apoyo; para decidir finalmente que en esta economía global, la oportunidad de ir a la universidad no tendría que ser un privilegio para unos pocos privilegiados, sino el derecho por nacimiento de todo americano. Este es el cambio que necesitamos en América. Por ello me presento a Presidente.

El otro bando vendrá aquí en septiembre y ofrecerá una serie de políticas y posturas muy distintas, y espero con ganas este debate.

Es un debate que el pueblo americano se merece. Pero lo que no os merecéis es otras elecciones regidas por el temor, la insinuación y la división.

Lo que no escucharéis en esta campaña o partido es el tipo de política que utiliza la religión como una cuña, ni el patriotismo como una cachiporra; que considera a nuestros oponentes no como competidores que desafiar sino como enemigos que demonizar.

Porque nos llamamos demócratas y republicanos pero somos americanos primero. Siempre seremos americanos antes de todo.

A pesar de lo que el buen Senador de Arizona dijo esta noche, he visto a gente de puntos de vista y opiniones distintos hacer causa común durante mis dos décadas en la vida pública y yo mismo he unido a muchos. He andado de la mano de líderes de comunidades del Sur de Chicago y he visto cómo las tensiones se iban apagando cuando los negros, blancos y latinos luchaban juntos para buenos empleos y buenas escuelas.


Me he sentado en la misma mesa que defensores de derechos civiles y del orden público para reformar el sistema de justicia criminal que condenó a muerte a trece personas inocentes. Y he trabajado con amigos del otro partido para dar a más niños seguridad social y a más familias reducciones fiscales; para reducir la proliferación de armas nucleares y asegurar que el pueblo americano sepa en qué se están gastando los dólares de sus impuestos y para reducir la influencia de los grupos de interés que demasiado a menudo han decidido la agenda en Washington.

En nuestro país, he visto que esta cooperación ocurre no porque estamos de acuerdo en todo sino porque detrás de las etiquetas, las falsas divisiones y las categorías que nos definen, más allá de las mezquinas riñas que ocurren en Washington, los americanos forman un pueblo decente, generoso y compasivo, unido ante los desafíos y las esperanzas comunes. Y por ello muy a menudo, hay momentos que llaman a la bondad fundamental para que este país sea otra vez grande.

Así fue para el grupo de patriotas que declaró en una sala de Philadelphia la creación de una unión más perfecta y para todos los que dieron en los campos de Gettysburg y Antietam su último respiro de dedicación para salvar esta misma unión.

Fue la generación que conquistó el miedo de sí misma y liberó un continente de la tiranía e hizo que este país fuera la nación de la oportunidad y de la prosperidad.

Fueron los trabajadores que estuvieron en los piquetes de huelga; las mujeres que rompieron los techos de cristal; los niños que cruzaron el puente de Selma en nombre de la libertad.

Así ha sido para cada generación que ha hecho frente a los mayores desafíos y los pronósticos más improbables para dejar a sus hijos un mundo mejor, más amable y más justo.

Y así tiene que ser para nosotros.

América, éste es nuestro momento. Este es nuestro momento. Nuestro momento de pasar página sobre las políticas del pasado. Nuestro momento de aportar nueva energía y nuevas ideas a los desafíos que se nos presentan. Nuestro momento para ofrecer un nuevo rumbo al país que queremos.

El viaje es difícil. El camino es largo. Me encaro a este desafío con una profundad humildad, reconociendo mis propias limitaciones. Pero también me preparo con una fe ilimitada en la capacidad del pueblo americano. Porque si estamos dispuestos a trabajar, a luchar y creer, estoy absolutamente seguro de que en años miraremos atrás y contaremos a nuestros hijos que este fue el momento en el que empezamos a cuidar de los enfermos y dar buenos trabajos a los desempleados; este fue el momento cuando la subida de los océanos se ralentizó y nuestro planeta empezó a curarse; este fue el momento cuando acabamos una guerra y protegimos nuestra nación y restauramos nuestra imagen como la última, la mejor esperanza en la Tierra. Este fue el momento – este fue el tiempo – cuando nos unimos para rehacer esta gran nación para que siempre reflejáramos lo mejor de nosotros y nuestros más altos ideales. Muchas gracias, que Dios os bendiga, y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América".

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03 junio 2008

la doctrina del shock, Naomi Klein

"La escasez de los recursos y el cambio climático han abierto la puerta a una avalancha de nuevos desastres naturales, un desfilar permantente de apetitosas oportunidades de negocio: la ayuda humanitaria es un mercado emergente demasiado tentador como para dejarlo en manos de las ONG. ¿Po qué debe ser UNICEF la encargada de la reconstrucción de las escuelas cuando puede serlo Bechtel, una de las empresas constructoras más grandes de Estados Unidos? ¿Por qué recolocar a la gente sin hogar del Missisipi en apartamentos vacíos subvencionados por el Estado cuando los pueden alojar en cruceros de la línea Carnival? ¿Para qué enviar tropas de pacificación de la ONU a Darfur cuando empresas privadas como Blackwater andan a la caza y captura de nuevos clientes?
Ahí radica la diferencia tras el 11S: antes las guerras y los desastres ofreciían oportunidades para una pequeña parte de la economía como los fabricantes de aviones de combate, por ejemplo, o las empresas constructoras que reparaban los puentes bombardeados. El principal papel económico de las guerras consistía en abrir nuevos mercados y en generar largas épocas de crecimiento durante la postguerra. Ahora, la respuesta y las medidas de reacción frente a guerras y desastres han alcanzado tan alto grado de provatización que constituyen un nuevo mercado en sí mismas: no es necesario esperar a que termine la guerra para que empiece el desarrollo económico. El medio es el mensaje".
Palabras de Naomi Klein en "La doctrina del shock - El auge del capitalismo del desastre"
Fotograma de "The shine" de Kubrick
Escrito mientras escuchaba "As i moved on" de Blue foundation.

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02 junio 2008

crecemos juntos

"Crecemos juntos" ese es el lema con el que el Partido Popular afrontará su próximo Congreso Nacional. "Envejecemos juntos" habría sido más descriptivo, reflejaría mejor no sólo el más que previsible resultado del Congreso, sino la situación en que se encuentra una derecha que lleva desde 1989 liderada por Aznar y los suyos; ya van para 20 los años sin relevo generacional. "Maduramos juntos", ese es el lema que, desde luego, no podrían haber elegido, siguen sin comprender las reglas más elementales de la democracia, siguen sin interiorizarlas. No es por falta de tiempo. Ya van para 30 los años de Constitución en nuestro país.
Fotograma de "The shine" de Kubrick
Escrito mientras escuchaba "Learning against the wall" de los Kings of convenience.