Construir recuerdos
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"En muchas ocasiones el trabajo de los dirigentes políticos consiste en hacer oficial lo que los ciudadanos ya practican en la vida cotidiana de sus sociedades.
No faltan en el mundo real ejemplos de convivencia entre las personas de diferentes culturas y religiones. Lo que faltan son palabras que den cuenta de sus historias de convivencia y entendimiento. No faltan amistades en las aulas de las escuelas y los institutos entre niños y jóvenes de diferentes orígenes; ni faltan ejemplos de colaboración entre universidades o empresas; ni faltan largas experiencias de convivencia y cooperación entre trabajadores de diferentes países y religiones en los talleres de las fábricas, en las profundidades de las minas, en los limitados espacios de los barcos de pesca, en los campos y en las granjas, o en los andamios de las obras. Ésa es también la realidad de las civilizaciones.
No es un sueño optimista e ingenuo, es la realidad de la convivencia y el entendimiento cotidianos, la palmaria realidad de cada día, y lo que faltan son instituciones y mecanismos que protejan y extiendan esa realidad pacífica y luminosa. Estoy seguro de que podemos encontrar en el seno de nuestras culturas, en todas las culturas, sólidas razones para el entendimiento con las otras religiones y culturas, con las otras civilizaciones.
Si los emigrantes, los trabajadores, los estudiantes y los vecinos de los barrios son capaces de encontrar sus culturas y los instrumentos para el entendimiento cercano y cotidiano, para la convivencia más próxima, para la interacción más frecuente con los miembros de otras culturas, ¿por qué no van a encontrarlos los intelectuales, los creadores de opinión o los políticos? ¿Por qué dedicar tantas energías a perfilar las fronteras de nuestras diferencias en lugar de aprender de la gente que dibuja el abrazo de lo que nos une?
No puedo obligarte a que me quieras.
Sabe Dios que no puedo dejar de quererte.
La espina del dolor rasga mi pecho.
Sé que no te alejará la niebla de los días.
No hay un solo motivo por el que quiera olvidarte.
Seré, sin molestarte, sin que sepas de mí,
gozne que hará girar la puerta de tu sueño.
Sé que no me olvidarás.
Sé que no te olvidaré en la niebla de los días.
Seré, sin que sepas de mí.
Seré lo que yo quiera ser.
El deseo en los besos que des.
Seré lo que tú quieras ser.
Seré. Sin que sepas de mí.
El guante que cubra tu mano,
la mano que arañe tu espalda,
alfanje a tu cuerpo ceñido,
seré en tus labios su fina curva.
A tu hoguera de pavesas llego y soy bien recibido.
Bebe y llénate la copa que te ofrezco siendo otro.
No te guardo rencor porque hayas abandonado.
Sé que no te alejarás. Sé que no te alejarás.
vives tras tu muralla.
Seré, sin que sepas de mí.
Seré lo que yo quiera ser.
El deseo en los besos que des.
Seré lo que tú quieras ser.
Seré. Sin que sepas de mí.
El guante que cubra tu mano,
la mano que arañe tu espalda,
alfanje a tu cuerpo ceñido,
seré en tus labios su fina curva.
Seré trino irisado de jade,
nazarí, palabra de poeta,
alfanje bruñido en siglos,
blanco de lirios. Aljibe y agua.
"Sin que sepas de mi" - Manolo García