Es verdad que el Partido Socialista está muy unido, unido como en las mejores ocasiones de su historia, y que esa unión hace la fuerza.
Es verdad que ha ofrecido a la sociedad la renovación del futuro, la actualización de un proyecto avanzado, y que ser una garantía de progreso también hace la fuerza.
Pero la auténtica, la verdadera causa de la fuerza es la democracia. La fuerza del cambio es la fuerza de la democracia.
Trabajar por la democracia, desde la democracia, porque la democracia es la fuerza, es la razón de ser del Partido Socialista.
Viendo ayer a Zapatero, pensaba en la tranquilidad de ánimo que debía sentir, en el estímulo que debía generar recibir un caudal de confianza como el que había recibido.
Pensaba que cuando se cuenta con un respaldo así, tan de verdad, tan honesto,se está preparado para afrontar, con responsabilidad, los desafíos de nuestro tiempo, para trabajar sin ataduras por España, por el interés general.
La responsabilidad marca toda la trayectoria del Partido Socialista.
Su propia fundación, su propio nacimiento,proyecta hasta nuestro tiempola responsabilidad de Pablo Iglesias, el primer socialista,su rebeldía pacífica, ciudadana, constructiva,ante la dominación y la impunidad.
Un Partido nacimos para defender a los trabajadores y que no ha dejado de crecer.
En la clandestinidad, en la oposición, en el Gobierno,en 129 años de vida, el Partido Socialista siempre ha sido responsable defendiendo la democracia,siempre junto a los menos poderosos,siempre para la libertad, por los derechos,por la igualdad,por la protección de toda la ciudadanía. Por eso es el partido central de España.
A lo largo de toda su andadura, el Partido Socialista ha demostrado su responsabilidad sabiendo ganar y sabiendo sufrir. No ha superado pocas adversidades,cada reto, cada sacrificio, cada esfuerzo,empezó poniendo a prueba su carácter y acabó reflejando el coraje de su fibra moral.
Ni un sólo día de caída en el derrotismo,de cesión ante el cinismo,de abatimiento ante el pesimismo. Es la hoja de servicios de un partido que ha participado en todos los consensos de nuestra democracia, que ha impulsado todas las ampliaciones de derechos,todos los avances en el terreno de la igualdad,todas las conquistas en el ámbito del bienestar.
Ese es el espíritu de un partido que sabe que cualquier meta está al alcance de sus ciudadanas y ciudadanos, que confía en la capacidad de este país. Por eso es el partido que más se parece a España.
En todo el recorrido, cada una de las huellas contiene la responsabilidadde quien es fiel a su compromiso, de quien ahonda en su tarea: servir al interés general por encima del interés de partido; servir a toda la ciudadanía, por encima de cualquier diferencia; servir a la unidad,por encima de cualquier intento de división, servir al progreso,siendo el partido del cuidado, de la atención,de la protección a los desprotegidos.
Por eso este es el partido que universalizó la educación, la sanidad, las pensiones. Por eso, porque para ser libre, hay que saberse fuerte, hay que sentirse a resguardo de cualquier turbulencia, este es el Partido de la Ley de Igualdad y la Ley de Dependencia
Por eso rechazo el frío cinismo de esta derecha capaz de especular con el miedo, con la incertidumbre de los ciudadanos, sin tener al menos la decencia de explicar su receta: despidos baratos y desmantelamiento del bienestar.
Imagen del post, "Novecento"
Escrito mientras escuchaba "I like the way you move"
Etiquetas: psoe
"Decía que "si", tal vez fuera "no", había que remontar el tiempo a través de una memoria en sombras, nada era seguro. La memoria de los pobres está menos alimentada que la memoria de los ricos, tiene menos puntos de referencia en el espacio, puesto que rara vez dejan el lugar donde viven, y también menos puntos de referencia en eltiempo de una vida uniforme y gris. Tienen, claro está, la memoria del corazón, que es la más segura, dicen, pero el corazón se gasta con la pena y el trabajo, olvida más rápido bajo el peso de la fatiga. El tiempo perido sólo lo recuperan los ricos. Para los pobres, el tiempo sólo marca los vagos rastros del camino de la muerte. Y además, para poder soportar, no hay que recordar demasiado, hay que estar pegado a los días, hora tras hora, como lo hacía su madre, un poco a la fuerza, sin duda, puesto que aquella enfermedad juvenil [...] la había dejado sorda y con dificultad en el habla, le impidió aprender lo que se enseña hasta a los más deseheredados, y la forzó a la resignación muda, pero era también la única manera que había encontrado de afrontar su vida ¿y qué otra cosa podía hacer?, ¿quién en su lugar hubiera encontrado otra cosa?"
